Su nombre era uno de los que sonaban para desembarcar en el Gobierno. El cada vez más influyente embajador en España, Carlos Bettini, era número puesto para hacer el vuelo Barajas-Ezeiza –ese que conoce tan bien– y quedarse definitivamente en la Rosada. Pero su apellido no figuró en la lista que anunció a la mañana el jefe de Gabinete. Y Bettini logró quedarse en la embajada, como había pedido en uno de sus últimos encuentros con CFK. Su solicitud tenía una hipótesis de mínima: que lo mantuvieran en la embajada en Madrid hasta la elección presidencial de España, prevista para el 9 de marzo. Quienes conocen a Bettini aseguran que el embajador consideraba “un gesto de buen gusto” mantenerlo allí hasta que se decidiera la suerte de José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del gobierno español y candidato del PSOE.

Aunque Bettini no haya sido nombrado ministro, sigue siendo un hombre de estrecha confianza de la presidenta electa. Su opinión es tenida en cuenta, sus contactos internacionales casi admirados. Aunque se considere un ciudadano del mundo, Bettini sigue tejiendo lazos desde La Plata, en la que perdió a siete miembros de su familia: figuran entre los dos mil desaparecidos de la ciudad. En La Plata también conoció a Cristina cuando jugaba de apertura en el club de rugby San Luis. También fue en La Plata, pero hace mucho menos tiempo, donde Bettini conoció al futuro ministro de Economía, Martín Lousteau. Fue en un asado en lo del senador bonaerense Juan Amondarain, y estuvieron Lousteau, Florencio Randazzo y el diputado provincial Raúl Pérez. Bettini quedó impresionado con el economista.

Lousteau tuvo un paso por Madrid acompañado por su segundo en el Grupo Bapro. El viaje era para negociar la deuda de 65 millones que el Banco Provincia tenía con el Banco Santander por la AFJP Orígenes. La deuda se había formado al comprar la AFJP Previnter. (Ayer se anunció la venta por parte del Santander de su parte en la administradora de fondos de pensión del Bapro: la compró el grupo holandés ING por unos 280 millones de dólares). El guía de aquel viaje, que los presentó con las autoridades del PSOE, fue nada menos que Bettini. Hombre de confianza de Felipe González, Be-ttini también tiene buena relación con el Banco Santander.

Poco después del viaje de Lousteau y Conte Grand a España, el PSOE organizó un congreso en Buenos Aires: la sede fue una de las reparticiones del Banco Provincia. Influyente, Bettini se quedará en Madrid pero su palabra seguirá siendo escuchada. Habrá que esperar para ver si además consigue incorporar al gabinete a hombres de su confianza. Ese es uno de los pronósticos que recorren el triángulo Barajas-Ezeiza-La Plata.