En busca de alguna nueva forma de llamar la atención, los vecinos de Gualeguaychú se preparan para instalarse el domingo frente a Botnia con un barco en el que harán un festival. “La idea es llegar lo más cerca que podamos de la planta. Además de montar el escenario flotante, vamos a hacer una regata y actividades de remo y esquí junto con los clubes de la zona”, señaló Juan Martín Rivas, de la asamblea ambiental. Ayer, una delegación de esa ciudad manifestó en Buenos Aires frente a la terminal de Buquebús, en Puerto Madero. Un vallado de la Prefectura impidió que los ambientalistas llegaran a la dársena, pero unos 40 fueron autorizados a acercarse para repartir volantes entre los pasajeros que se aprestaban a viajar al Uruguay por el recambio turístico. En Fray Bentos, mientras tanto, la planta volvió a funcionar tras la rotura que provocó el derrame de pasta de celulosa. La empresa insistió en que no hubo riesgos tóxicos.

La protesta frente a Buquebús fue encabezada por un disfraz de la Parca que, con la guadaña al hombro, se paseó frente a los turistas mientras dos asistentes les repartían volantes de “Botnia ya contamina”. La delegación había llegado al lugar antes del mediodía y se encontró con un cordón de prefectos que le cerró el paso a la zona de embarque. Sin cortar el tránsito, los manifestantes se instalaron entonces sobre una plazoleta ubicada frente a Buquebús y gestionaron que un grupo pudiera acercarse a hacer el volanteo. La asamblea de San Telmo y partidos de izquierda acompañaron la actividad.

“No vamos a resignarnos a que Uruguay permita unilateralmente la instalación de una planta contaminante como Botnia en el río Uruguay”, dijo Juan Veronessi. El vecino, uno de los fundadores de la asamblea de Gualeguaychú, debió responder sobre las credenciales que ellos mismos distribuyen para franquear el paso en el puente internacional: dijo que están destinadas “a los que trabajan en la zona”, porque entre el lugar del corte y el puente “hay 10 kilómetros en los que funcionan establecimientos rurales”.

Durante la protesta, los ambientalistas anunciaron las actividades del domingo. La ubicación del escenario flotante dependerá de lo que permita la Prefectura, pero la intención es que quede frente a Botnia y frente al puente, para que el festival pueda ser seguido también desde ahí. El fin de semana, por otra parte, volverá a haber cortes de ruta en el cruce de Colón-Paysandú, desde las 19 del sábado hasta las 19 del domingo.

La planta ya volvió a funcionar y ya está produciendo pasta de celulosa. Las calderas fueron encendidas nuevamente a las 21 del miércoles. Según los voceros de la empresa, la parada obligada se aprovechó para realizar tareas de mantenimiento. La pastera estuvo inactiva por 48 horas luego de sufrir un nuevo desperfecto técnico. De acuerdo con lo detallado por los voceros de la empresa, el problema empezó con “un desperfecto en un instrumento de medición, lo que generó que se apagara la caldera principal y, por ende, toda la fábrica”. Cuando intentaron ponerla en marcha se rompió una cañería que transporta pasta de celulosa, de la que se habrían derramado, siempre según la compañía, unas 200 toneladas. Entretanto, otro trabajador se accidentó, quemándose con licor negro.

El derrame de pasta de celulosa no tendría consecuencias tóxicas, pero causó preocupación al poner en evidencia la frecuencia con que se producen accidentes. Héctor Sejenovich, economista y especialista en medio ambiente, lo definió en estos términos: “Los finlandeses no están adaptados a manejar una planta de semejante tamaño abastecida por agua de río. Están ajustando un monstruo operativo sobre el que no hay experiencia previa de manejo”.