La Unesco llamó a los países agrícolas a modificar de manera urgente sus políticas productivas para evitar una explosión social mundial y un colapso ambiental. Los precios de los alimentos básicos subieron fuertemente en los últimos meses, y continuarán así. Esta situación ya desató protestas violentas en muchos países como Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Haití, Mauritania, Etiopía, Madagascar, Filipinas e Indonesia.

“Tenemos que producir más, pero sobre todo de otra forma; mantener el statu quo no es una opción”, opinó Guilhem Calvo, uno de los autores del documento que fue elaborado por unos 400 expertos internacionales en colaboración con representantes gubernamentales y de la sociedad civil. La publicación de la Unesco coincide con el crecimiento a nivel mundial de la alarma por los disturbios sociales y políticos que el alza del precio de los alimentos está provocando. “Mantener las tendencias actuales en producción y distribución (agrícola) agotaría nuestros recursos y pondría en peligro el futuro de nuestros hijos”, afirma el informe.

“La agricultura moderna deberá cambiar radicalmente para servir mejor a los pobres y hambrientos si el mundo debe sobrellevar una creciente población y el cambio climático, al tiempo que evita una explosión social y un desastre ambiental”, indica el informe. El cambio debe responder a la vez a las necesidades alimentarias y a los desafíos en materia de salud, ecología y funciones sociales de la agricultura. Para la FAO, el alza mundial de los precios de los cereales crea una situación de emergencia en 37 países pobres que puede culminar con disturbios protagonizados por una población hambrienta.