Sin alusiones explícitas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner deslizó nuevas críticas al lockout de las entidades rurales durante un acto en Casa Rosada. “Muchos de los que parecen los críticos más acérrimos de los cambios son, tal vez, los que más han disfrutado del crecimiento en la producción, la exportación y la riqueza general de la República Argentina”, advirtió. Pese a que se anunciaban obras en su provincia, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, no fue de la partida, luego de reunirse con los productores rurales y pedirle al Gobierno que baje las retenciones.

La Presidenta utilizó el famoso atril en un acto en el que se firmó el inicio de obras para mejorar la traza de la autopista Río Cuarto-Córdoba. Al acto asistió el vicegobernador de Córdoba, Héctor “Pichi” Campana; el secretario de Obras Públicas, José López, y los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de Planificación, Julio De Vido.

De Vido abrió las críticas cuando advirtió que las obras en la ruta 14 –que pasa por Gualeguaychú, uno de los epicentros de la protesta de las entidades rurales– están “en plena ejecución”. “Y lo podemos ver en estos días, que sale tanto esa ciudad”, ironizó el ministro de Planificación, quien señaló que “ningún periodista” se refirió a las obras.

La Presidenta le retrucó que “el deber de todo gobernante es no enojarse, es seguir trabajando, porque, en definitiva, para enojarse están los que tienen tiempo de eso”. Incluso le recomendó tener “cierta dosis de humor para abordar los problemas cotidianos”.

Sin embargo, coincidió con las críticas de De Vido. Mencionó “los números importantes en materia de indigencia y de pobreza, que hemos reducido del 23,4 al 20,7 la pobreza y del 8,4 al 6 por ciento la indigencia”, y se quejó de que son “datos, por supuesto, todos prolijamente ignorados, porque lo importante siempre es presentar que las cosas están mal, horribles, y que seguramente van a estar un poquito peor mañana, de modo tal que a ningún argentino se le ocurra sentirse optimista”.

La mandataria eligió salir al cruce de los pronósticos de serios problemas económicos como consecuencia del lockout agrario. “Hay un país que trabaja, que consume, que sigue apostando al crecimiento y a que las cosas no solamente pueden cambiar, sino que están cambiando”, dijo. Y destacó que todas las obras públicas se hacen “con los tributos que pagan los argentinos”, que incluyen –claro está– las retenciones. “A todo esto se le gana con trabajo, con seguir apostando a la construcción, no a la destrucción. Esto es lo más importante que tenemos que lograr, más allá de las cosas que muchas veces nos muestran los medios de comunicación, esta versión casi terrible que tenemos o que quieren mostrarnos de la Argentina.”