El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, uno de los blancos de los espías informáticos, reconoció ayer decenas de e-mails que la Justicia halló en poder de los hackers. Lo hizo ante la jueza Sandra Arroyo Salgado en circunstancias curiosas: el funcionario no fue hasta el juzgado sino que la magistrada fue a verlo a la Casa Rosada, en compañía de dos secretarios y del fiscal Alberto Gentile. Le mostraron cuatro biblioratos con correos electrónicos suyos de 2006 hasta abril de 2008, de contenido variado: algunos personales, otros sobre reuniones, viajes oficiales, proyectos de decretos, proyectos de ley, asignaciones de fondos, encuestas en el contexto de las elecciones del año pasado e informes económicos, entre otras tantas cosas. Cerca de Fernández, dicen que él habría sido uno de los primeros funcionarios que detectó el espionaje ilegal, más de un año atrás, cuando algunos medios publicaban reuniones suyas sumamente reservadas y hasta sus amoríos. Por esa época, el empresario de medios Daniel Hadad le comentó que le habían ofrecido mails privados suyos. La denuncia judicial, en agosto de 2006, la hizo la SIDE. El universo de víctimas abarca a funcionarios del Gobierno, hasta a la presidenta Cristina Kirchner y famosos del mundo del espectáculo. La ministra de Defensa, Nilda Garré, daría su testimonio mañana; el canciller Jorge Taiana aún debe fijar fecha y los embajadores Jorge Argüello y Carlos Bettini lo harían por exhorto. El jueves, después de muchos rodeos, Susana Giménez iría a reconocer sus e-mails.