La querellante Adriana Arce, sobreviviente de la Fábrica Militar, enmarcó la sentencia de ayer contra los cinco represores de Rosario en un proceso político. “Más allá de la alegría personal que podamos tener todos, lo más importante es que no debemos olvidar la importancia de un proyecto político que hizo posible esto, que la política de derechos humanos sea una política de Estado, y que cualquier retroceso va a perjudicar, ya no a nosotros, que a lo mejor nos tenemos que ir o nos matan, sino a los que vienen después”, dijo Arce, quien exhortó a defender ese proceso. “Más allá de las cosas que nos separan, tenemos que ver las cosas que nos unen para apuntalar la continuidad de esto, porque hay 1100 causas en todo el país, y se van a terminar en el término de 3 o 4 años, corremos el riesgo de que se anulen.”

En la misma línea, el también querellante Eduardo Toniolli afirmó que la condena que se logró ayer fue un momento “muy emotivo” y subrayó que la sentencia a prisión perpetua “demuestra que la única lucha que se pierde es la que se abandona”. El militante de HIJOS también repudió a “aquellos sectores marginales de la política argentina que sostienen la necesidad de una amnistía. Y lo hacen no para salvar a 10, 20, 30, 100 o 500 represores, sino que lo hacen para encubrir su participación, su rol durante la última dictadura”.