Jueves, 29 de julio de 2010 | Hoy
EL PAíS › EL GOBIERNO CONVOCó A LAS CENTRALES SINDICALES Y A LAS CáMARAS PATRONALES PARA EL PRóXIMO MARTES
Junto a los anuncios de aumento de jubilaciones y asignaciones familiares, la Presidenta convocó al órgano tripartito que debe definir la actualización del salario mínimo, vital y móvil. La negociación asoma complicada. La CGT pediría un 25 por ciento.
Por Tomás Lukin
El Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) fue convocado por el Gobierno para el próximo martes. La negociación se dará en un escenario laboral en recuperación, con el salario mínimo incorporado a la disputa política por la jubilación mínima –que la oposición quiere llevar al 82 por ciento de ese sueldo base– y con los cuestionamientos históricos del establishment empresario a la hora de actualizar ese piso de ingresos. Desde la conducción de la CGT prefieren no arriesgar cifras puntuales, pero estiman que el reclamo podría ubicarse alrededor del 25 por ciento. En tanto, los representantes de la CTA volverán a plantear la necesidad de equiparar el salario mínimo con el valor de una canasta básica de alimentos. En el Ministerio de Trabajo reconocen que, al igual que sucedió en los últimos años, no será sencillo alcanzar un acuerdo, pero destacan la continuidad de los aumentos registrados desde 2004.
La decisión de incluir la convocatoria al Consejo del Salario dentro de los anuncios que hizo ayer Cristina Fernández de Kirchner había sido tomada hace una semana y ayer por la tarde la Presidenta y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, terminaron de definir la fecha del convite: el martes 3 de agosto. “Quiero pedirle mucha responsabilidad a los dirigentes empresariales y también a los compañeros de la CGT y la CTA, con la mirada puesta en quienes todavía no tienen derechos y en la sustentabilidad del modelo”, apuntó la mandataria.
El ministro Tomada estimó recientemente “un escenario diferente y más duro para la negociación”. El funcionario identificó dos elementos de conflicto: la modificación en la Ley de Empleo que permite utilizar el SMVM como parámetro en las paritarias, un cambio simbólico que revierte parte de la legislación flexibilizadora, y la inclusión del salario mínimo en el debate alrededor del sistema de seguridad social. El clima político que caracterizó las principales paritarias, donde los empresarios advertían sobre un inminente desborde salarial que no se cumplió, contribuye a preparar un escenario donde no será sencillo conciliar un acuerdo. A diferencia del esquema seguido años anteriores, esta vez la actualización del sistema de asignaciones familiares se realizó antes que la discusión del salario mínimo que hoy se encuentra en 1500 pesos.
En la central que encabeza Hugo Moyano estimaron que la cifra podría oscilar entre 21 y 27 por ciento. Los valores no son arbitrarios, sino que corresponden a la recomposición salarial de los trabajadores del sector público y al promedio anualizado de los principales convenios colectivos firmados estos meses. De concretarse una actualización de esa magnitud, el salario mínimo rondaría los 1850 pesos. Como sucedió en otras oportunidades, el escalonamiento de la mejora será una herramienta para destrabar la negociación. Para lograr la aprobación del nuevo valor del salario mínimo se requieren dos tercios de los miembros.
“Buscaremos consensuar una cifra con la CTA y los empresarios para que la intervención del Ministerio de Trabajo sea mínima”, apuntaron en la CGT, donde a partir de hoy comenzarán a delinear en distintas reuniones el reclamo que llevarán al Consejo. Desde que la CTA fue convocada a participar del Consejo, tiene tres votos sobre 32, las dos centrales nunca lograron consensuar una posición común. La comisión directiva de la central sindical que conduce Hugo Yasky definirá en los próximos días la posición que presentará la semana que viene en el Ministerio de Trabajo.
Más allá de la coyuntura macroeconómica, el sector patronal se ha caracterizado por un férreo cuestionamiento a la actualización del piso mínimo. “Antes del Consejo de Salario los empresarios se hacen coser los bolsillos. Su lógica es ceder lo menos posible porque consideran que la recuperación del poder de compra de los trabajadores es una variante que conspira contra su rentabilidad. Tienen una mirada muy cortoplacista y de bajo vuelo”, apuntó a este diario Yasky.
A su vez, año tras año, la cúpula de la Unión Industrial ha reiterado su propuesta para segmentar por región y actividad el piso mínimo. Entre 1994 y 2003, el valor del SMVM estuvo congelado en 200 pesos, un nivel tan bajo que su existencia casi no tenía sentido. A diferencia de las asignaciones familiares o el incremento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, el incremento del SMVM no impacta directamente sobre los ingresos de los trabajadores. El salario mínimo establece el piso para las remuneraciones de los asalariados registrados, pero la remuneración mínima de convenio supera esa pauta. Por eso, los principales beneficiarios son los trabajadores informales, los sindicatos que todavía no cerraron sus negociaciones como Sanidad y los gremios más débiles.
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