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Jorge Giberti es el ex director de Gestión de Espacio Público que autorizó la instalación de un locutorio a Ciro James en el Parque de la Ciudad en 2002. Esa es la base de la denuncia del PRO que intentó vincular a Aníbal Ibarra con el espía y sostener que “era un viejo conocido de la casa”. En diálogo con Página/12, Giberti señaló que “no existió concesión, lo que hubo fue un permiso precario de explotación, que le revocamos a los tres meses cuando no pudo conseguir las líneas telefónicas”. Además, advirtió que “la antena oficial era de la Policía Federal, que se usaba para retransmisión de los móviles. No era de escuchas telefónicas”.

En un intento por desviar la atención de la comisión investigadora, el bloque PRO buscó ligar a Ibarra con James a través del permiso precario del locutorio, que le dio el gobierno porteño el 6 de septiembre de 2002. El 7 de enero de 2003 se lo retiró porque el espía no consiguió las líneas telefónicas, y le incautó la construcción de ladrillos que había iniciado. El permiso lo firmaron Giberti, el coordinador Santiago Edis y el anterior director Luis José Genovesi, quien había renunciado ya en 2000, pero todavía tenía la firma de las disposiciones del parque. Iba una vez por semana a firmarlas. Genovesi es radical y llegó al Parque de la Ciudad durante el gobierno de la Alianza que conducía Enrique Olivera. Según pudo saber este diario, arribó a ese cargo de la mano de Lidia “Pinky” Satragno, actual diputada del PRO.

Los macristas cuestionaron que James no tenía habilitación para revender telecomunicación y que la concesión no se licitó. Giberti explicó que, como era un permiso precario, no se necesitaba ninguna de las dos. Y remarcó que lo tuvo apenas cuatro meses. “El locutorio no se instaló. ¿A quién escuchó Ciro James entonces? A nadie”, advirtió y lo comparó con el paso del espía por la gestión de Macri: “Le paga durante un año y medio un contrato de seis mil pesos por mes en el Ministerio de Educación. La Justicia interviene y abre una causa, ya que Macri tiene un empleado que pincha teléfonos. ¿A quién escuchó Ciro James en esta oportunidad? A Sergio Burstein, víctima del atentado a la AMIA, al cuñado en conflicto, etcétera. Es obvio que esa vez le fue muchísimo mejor”, estimó.

“¿En cuál situación podemos reconocer una relación estrecha? ¿En un permiso precario revocado en cuatro meses o en un contrato de monto significativo, impulsado nada menos que por el jefe de Policía y sostenido hasta que el escándalo salió a la luz y culminó con la detención de ambos?”, remarcó Giberti, un dirigente del Frente Grande. Su partido ayer repudió a través de un comunicado la “maniobra distractiva del macrismo”.

Los macristas aseguraron que, en 2002, James era ya “un especialista en inteligencia” y que en el gobierno de Ibarra “no podían no saberlo”. Giberti sostuvo que James no presentó ningún currículum vitae en el que se mostrara como experto en inteligencia –a diferencia de lo que ocurrió en la Metropolitana– y que, en ese entonces, él no tenía la menor idea de la vinculación de James con el espionaje. El ex funcionario explicó que le dieron el permiso precario de explotación porque no había teléfonos públicos en el parque: “El más cercano se encontraba fuera de las instalaciones del extenso predio, de 107 hectáreas”. “Hicimos las averiguaciones y Telefónica nos dijo que no había líneas. James dijo que las podía conseguir y luego no las consiguió. Por eso, se le revocó el permiso precario”, concluyó Giberti.