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“Le habíamos pagado a la empresa el 40 por ciento de la obra. Se fue con materiales y dejaron el terreno abierto. Nos pidieron 63 mil pesos para cerrar el contrato. No tenían interés en cumplirlo con el retraso en los plazos de pago del IVC.” José Almonacid resume la historia de la cooperativa Independencia, mientras sube las escaleras del frustrado edificio de Garay al 300, un bloque de hormigón que llega hasta el cuarto piso de un proyecto de doce para albergar a 24 familias. La cantidad de familias está indicada en un cartel caído del gobierno de la ciudad, teñido de amarillo y negro.

La obra empezó en enero de 2009, cinco años después de que la cooperativa consiguiera la aprobación del terreno por parte del IVC. “Al principio, la certificaciones llegaron, pero después comenzaron a retrasarse”, contó Almonacid. Por eso, en julio de 2009 solicitaron al instituto un adelanto para cubrir la desactualización del crédito. La respuesta no llegó, el crédito se congeló y la construcción se detuvo.

“La empresa se negó a continuar y amenazó con un juicio por daños y perjuicios”, contó María Gómez, fundadora de la cooperativa. Para evitar la judicialización, contrataron a una abogada y fueron a mediación. Entonces, las 24 familias sumaron gastos a la cuota social que, desde hace diez años, aportan para sostener la vigencia de la organización en el Inaes. De perderla, el IVC dejaría de reconocerlos. Además, la cooperativa debe afrontar los problemas que dejó la constructora, los impuestos del terreno y los honorarios del equipo técnico (arquitecto, trabajador social y contador), que corre por cuenta del gobierno, en tanto la obra esté en marcha.

“Hace un año y medio que el IVC no baja dinero y lo más difícil es volver a conseguir una empresa constructora. Ven todos los conflictos que tuvimos y no quieren saber nada. Aparte, las compañías solicitan un 20 por ciento de adelanto que nosotros no alcanzamos a pagar con la certificación”, enumeró José.

A pesar de que firmaron un nuevo convenio con el IVC, hace un mes, la plata no llega. La excusa: “No hay dinero”.

La culpa, según el IVC: el gobierno nacional que no bajó el dinero de las cooperativas que están dentro del Plan Federal firmado en la etapa de Telerman. MOI, MTL y MVT, espacio al que pertenece la cooperativa Independencia, habían presentado un documento a Planificación Federal de Nación para una reunión conjunta.