Viernes, 13 de mayo de 2011 | Hoy
EL PAíS › EL MINISTRO TOMADA DESVINCULó AL LíDER DE LA CGT DE LOS CONFLICTOS GREMIALES
El funcionario aseguró que los gremios conflictivos están vinculados con el barrionuevismo u otros partidos políticos. “Es baja la intensidad de las medidas de fuerza por reclamos salariales o de condiciones de trabajo”, agregó.
Por Javier Lewkowicz
“La conflictividad laboral se explica en mayor medida a partir de hechos que se dan al interior de un sindicato o entre sindicatos, y son sectores que no están vinculados a Hugo Moyano, sino al barrionuevismo u otros partidos políticos. En cambio, es baja la intensidad de las medidas de fuerza por reclamos salariales o de condiciones de trabajo”, señaló ayer el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, a Página/12. En el caso del conflicto entre los trabajadores petroleros, que ayer suspendieron el bloqueo de refinerías y plantas procesadoras de hidrocarburos (ver aparte), Tomada fue más explícito. “Objetivamente Alberto Roberti –secretario general de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles, que promovió las medidas de fuerza en Santa Cruz– está encuadrado dentro del grupo sindical de Barrionuevo, y no casualmente, tenemos la situación de su esposa, Mónica López, que está trabajando al lado de Francisco de Narváez”, se despachó. También advirtió que habría sanciones para gremios o empresas que no acaten la conciliación obligatoria, como sucedió en el caso de los petroleros y bancarios.
Para Tomada es necesario distinguir entre los conflictos relacionados a la negociación colectiva, en reclamo de mejores salarios o condiciones de trabajo, de aquellos vinculados a las pujas por la conducción de los gremios, de índole más política. “Estos últimos se deberían dirimir en base a procedimientos legales que existen, pero sin embargo terminan siendo los más problemáticos. Estamos hablando de los petroleros de Santa Cruz, Aerolíneas Argentinas o Kraft, por ejemplo”, indicó a este diario.
El ministro distinguió la situación actual respecto de la conflictividad social que encontró en 2003 al inicio de su gestión en la cartera laboral. “En esa época hubo ocasiones donde directamente nos comprometíamos a entregar comida, y eso quedó registrado en diversas actas. Eran grupos muy castigados, que ni siquiera venían a pedir trabajo en la propia cartera laboral. La notable recuperación del empleo y de la economía en general produjo que crecieran las disputas vinculadas al mundo del trabajo, específicamente al interior de los sindicatos. Este tipo de conflictividad no está mal, es obvio que va a existir, porque tiene que ver con una sociedad plural como la nuestra. Pero no parece ser razonable la metodología utilizada”, amplió Tomada. En cambio, el ministro sostuvo que la cantidad e intensidad de las medidas de fuerza vinculadas a la negociación colectiva viene siendo baja.
“En las disputas entre sindicatos o dentro de un mismo gremio se están utilizando herramientas que provienen del conflicto social, que trasladadas al plano laboral está complicando el encauzamiento de los problemas. Hay una apelación al conflicto previo a la negociación. Y además hay instancias institucionales que se saltean: un problema de encuadramiento sindical se debe resolver en el comité arbitral de la CGT o en la Justicia. Es decir, un conflicto entre gremios de Aerolíneas no debería parar los vuelos de la empresa por un día. Eso daña a los usuarios y a una empresa que todos dicen defender”, indicó.
En relación con las declaraciones de la Presidenta pidiendo bajar la conflictividad laboral, Tomada manifestó que “lo que se cuestiona es la forma de dirimir los conflictos, sobre todo teniendo en cuenta que hay un Estado que ha recuperado su capacidad de mediación y de arbitraje, por lo que sería razonable que los procedimientos fueran otros, por ejemplo, que se respetara la conciliación obligatoria”.
El Ministerio de Trabajo asegura que la Federación de Petroleros violó la conciliación obligatoria al decretar el paro que luego levantaron, aunque el sindicato niega haber desconocido el acuerdo con Trabajo. Una situación similar se dio hace unos días con el gremio de los bancarios. “Está adoptada la decisión de aplicar las sanciones económicas que prevé la ley, lo haremos en todos los casos en que haya desobediencia de la conciliación obligatoria. Hay multas económicas o pedido a la Justicia de que suspenda o retire la personería jurídica”, dijo Tomada.
Para contrarrestar la versión sobre un supuesto distanciamiento del Gobierno con la cúpula de la CGT, Tomada aclaró que “en estos momentos la mayor conflictividad proviene de los sectores de la CGT que no están alineados con Hugo Moyano, que están, en cambio, relacionados al barrionuevismo o a otros partidos políticos”, consideró. Por la noche en declaraciones televisivas, Tomada agregó: “Es una cosa absurda. Yo escucho el planteo ‘Cristina criticó con dureza a la CGT`, pero me parece que los gremios que están haciendo estos conflictos no están en la CGT”. En el caso de los petroleros, adjudicó el conflicto a “intereses políticos”, ya que estaría siendo impulsado, según su visión, por grupos cercanos al titular del gremio de gastronómicos, Luis Barrionuevo.
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