La Federación Argentina Sindical del Petróleo sorprendió ayer por la mañana al iniciar un paro por tiempo indeterminado, que incluyó bloqueos a las principales refinerías del país para reclamar un aumento salarial. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, llamó inmediatamente a la conciliación obligatoria y amenazó con sanciones en caso de que se desconociera. La presión oficial, que se potenció con el discurso de la Presidenta (ver página 3), logró su objetivo, porque los sindicalistas suspendieron la protesta y concurrieron al ministerio a negociar. Finalmente, por la noche se abrió un cuarto intermedio y hoy continuarán las conversaciones con la cámara patronal. De este modo, el Gobierno evitó que se viera afectado nuevamente el abastecimiento de combustible.

Los trabajadores reclaman un aumento salarial de 36 por ciento, pero la Cámara de la Industria del Petróleo ofreció sólo un 24 por ciento, en cuatro cuotas. La respuesta del gremio fue el bloqueo de las refinerías de Esso, en Campana; Shell y Repsol-YPF, en Dock Sud, y Petrobras, en Bahía Blanca. También interrumpieron la actividad de las plantas de las firmas Refinor, en Tartagal; Oil, en San Lorenzo; además de otra de Repsol-YPF, en Luján de Cuyo, Mendoza.

El apoderado de la Federación, Guillermo Vaccaroni, responsabilizó al sector empresario por su “inmadurez e irracionalidad, ya que no estuvieron a la altura de las circunstancias en la negociación salarial, que fracasó rotundamente durante tres meses, habiendo finalizado sin éxito el día de ayer (por el miércoles)”. La cámara empresaria, por su parte, detalló que “en el marco de las audiencias mantenidas en Trabajo junto a la Federación Sindical se realizó una propuesta muy razonable para arribar a un acuerdo salarial, la cual fue rechazada”.

La decisión de bloquear las refinerías se produjo dos días después de que Cristina Fernández de Kirchner criticara a los sindicalistas por sus métodos de presión. El reclamo de la Presidenta había sido fundamentalmente a raíz de la última protesta de los camioneros que, a fines de la semana pasada, también bloquearon las plantas petroleras para reclamarle un adicional a las compañías transportistas del sector dejando prácticamente sin combustible a la ciudad de Buenos Aires durante el fin de semana. La mandataria volvió ayer a referirse al tema y le metió una presión adicional a los sindicalistas (ver página 3).

El ministro Carlos Tomada sumó otra crítica al recordar los vínculos que el titular de la Federación, Alberto Roberti, mantiene con el diputado opositor Francisco de Narváez y el sindicalista de la CGT Azul y Blanca Luis Barrionuevo. “Objetivamente, Roberti está encuadrado dentro del grupo sindical de Barrionuevo. No por casualidad tenemos esta situación de su esposa (Mónica López), que está trabajando al lado de De Narváez”. Mónica López es una mujer rubia que aparece junto a De Narváez en numerosos afiches que el diputado pegó en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires. Luego, Tomada informó que había llamado a las partes a la conciliación obligatoria, dejando en claro que habría sanciones si los trabajadores no la acataban.

“Después de 20 días de conciliación, que cumplimos a rajatabla, hoy (por ayer) lanzamos un paro por tiempo indeterminado y fuimos convocados por el Ministerio de Trabajo, donde se acordó levantar la medida de fuerza a partir de las 18, a fin de generar un clima de distensión para seguir negociando”, informó Guillermo Vaccaroni, en respuesta al reclamo de Tomada.

La Cámara de la Industria del Petróleo había advertido al mediodía que el paro por tiempo indeterminado y el bloqueo de refinerías “alterará el normal abastecimiento de combustible”. Esa circunstancia aceleró las negociaciones porque el objetivo central del Gobierno es evitar que vuelva a faltar nafta. Los camioneros afectaron el abastecimiento el fin de semana, pero no fueron los únicos. Los docentes de Santa Cruz también bloquean plantas productoras de crudo y antes de estos episodios hubo un largo conflicto en el norte de Santa Cruz, motivado también por un reclamo salarial que derivó en una fuerte interna gremial.