Domingo, 29 de diciembre de 2013 | Hoy
EL PAíS › EL ROL POLíTICO DE LA PRESIDENTA A PARTIR DE LA SUCESIóN
Ella misma anunció que no competirá dentro de dos años, pero eso mantiene la pregunta sobre su futuro rol. ¿Apoyará a un candidato como propio? ¿Se limitará al partido, como Lula o Bachelet? ¿Será una nueva Putin?
Por Raúl Kollmann
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se comunicó esta semana con la agencia Télam para desmentir que vaya a ser candidata a algún cargo electivo en las elecciones de 2015. “No habrá Cristina 2015”, señaló. Sin embargo, lo sostenido por CFK deja numerosos interrogantes planteados. El primero tiene que ver con su participación en la campaña electoral. ¿Apoyará o no a un candidato? Y después todo se deriva a lo que seguirá. Una hipótesis es que la Presidenta dará un paso al costado, se alejará para que quede claro que no obstaculiza ni influencia al próximo mandatario. Se dirá que se parece a lo que hicieron Michelle Bachelet en Chile o Tabaré Vázquez en Uruguay. La otra alternativa es que no esté en el día a día, pero conduzca el Frente para la Victoria al estilo de Lula en Brasil, que sigue manteniendo su influencia sobre el Partido de los Trabajadores, pero no se entromete en el mandato de Dilma Rousseff. Y una hipótesis adicional es la de Rusia, en la que Vladimir Putin, que no tenía reelección, pasó a ser primer ministro de un presidente afín, Vladimir Medvedev, y luego volvió a ser presidente, cargo que ejerce en la actualidad. El pronóstico no es fácil, pero ésta es la mirada de los consultores.
“Desde ya que la variante de Brasil es una hipótesis –piensa Bacman–. Allí, Dilma y Lula encontraron un punto de equilibrio que les define a cada uno lugar y rol, aunque lo más importante es que los potencia, no sólo a nivel político sino que en el plano de la ideología y en el sostén del modelo. Dicho modelo es simple y sencillo: Lula es el líder del partido (PT) y Dilma se ocupa de los temas de la gestión. En una Argentina que sigue inmersa en una profunda crisis del sistema de partidos políticos, donde las fidelidades tradicionales del voto han estallado en mil pedazos, que el Frente para la Victoria haya logrado construir un sistema de fidelidades (núcleo duro, también podríamos llamarlo) que no baja del 35 por ciento, es un dato de la realidad que no debe ser tomado a la ligera. Y tal sistema de fidelidades se ha fundado en base a las figuras de Néstor Kirchner, primero, y de Cristina, luego. CFK, su peso, su figura y su discurso, sin lugar a dudas van a estar presentes en la campaña presidencial de 2015.”
Manuel Mora y Araujo, de Ipsos, considera que “CFK debería mantenerse prescindente. ¿Por que arriesgaría avalar a un candidato que podría perder? Un antecedente es el PJ en 1999, cuando Menem avaló a Palito Ortega. ¿Sabía Menem que Palito era perdedor en la interna, como las encuestas lo anticipaban, o más bien confiaba omnipotentemente en que su apoyo le bastaría para derrotar a Duhalde? Por lo demás, Menem parecía preferir el triunfo de un candidato no peronista al de Duhalde. ¿Es comparable aquella situación con la de CKF en 2015? Desde luego, todo dependerá de qué planes ella tenga para su propio futuro y el del kirchnerismo. Imposible saberlo ahora”.
“Yo no veo a la Presidenta, al menos por el momento, interesada en poner bajo su ala a determinados precandidatos presidenciales o candidatos en general con vistas a 2015 –afirma Analía Del Franco–. Por el contrario, su opción parece estar más cerca de generar el espacio para que la dinámica política de gestión y finalmente las PASO hagan lo suyo.” Eduardo Fidanza piensa que no está nada dicho. Que el diagnóstico es difícil: “Hay que ver las circunstancias. Creo que ahora no puede responderse ese interrogante. El kirchnerismo depende de Cristina. Su suerte marcará el destino del movimiento que encabeza.”
Muy en la otra punta se ubica Artemio López. “El papel de Cristina Kirchner será de notable centralidad y se constituirá en gran electora de las candidaturas del kirchnerismo –y no sólo las presidenciales– que muy probablemente sean más de una y compitan en las PASO. Por otra parte, el lugar –institucional o no, electivo o no– que habrá de darse Cristina Kirchner tras dejar la presidencia en 2015 es otro interrogante estratégico para el kirchnerismo, aunque no hay aún pistas ciertas sobre su posicionamiento final en la etapa post 2015.”
Haime también cree que CFK buscará ser protagonista del proceso pero que todavía no está claro cómo se va a concretar: “La Presidenta seguramente intentará ser eje de las decisiones políticas de su proyecto. La forma en que eso se exprese ya es un ejercicio de imaginación que me excede”.
“El papel de CFK será indiscutiblemente de conductora del kirchnerismo/peronismo –afirma Ricardo Rouvier–. Parece importante que CFK pueda ratificar la ampliación de su dirección asumiendo la presidencia del PJ nacional. Pero no sé si eso es lo que prefiere. Su carácter de fundadora, y de ser una persona con vocación política y experiencia, la coloca en el lugar de la conducción del movimiento.”
Como se ve, las alternativas están planteadas y no hay –ni por asomo– unanimidad en los diagnósticos. Las hipótesis parecen abiertas y se definirán recién en 2014.
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