El secretario general de la CGT oficialista, Antonio Caló, afirmó ayer que si el Gobierno no da una respuesta a los reclamos gremiales, esa central obrera “actuará en consecuencia”. “La cancha está embarrada y hay que jugar con los tapones altos”, graficó el dirigente metalúrgico, que el lunes se reunió con altos funcionarios del gobierno para formalizar el pedido de aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Las declaraciones de Caló –el mismo día en que el Gobierno recibió al líder de la CTA más cercana, Hugo Yasky– implican una continuidad con el discurso de otros dirigentes de la CGT tras el encuentro en la Casa Rosada. El secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, había dicho el martes que si no recibe una respuesta satisfactoria del Gobierno, la CGT “tendrá que reunirse y evaluar si toma medidas de acción directa”. Rodolfo Daer, titular del gremio de la Alimentación, fue aún más contundente: dijo que una jornada de protesta “es inevitable”.

Caló declaró ayer que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, le pidió a la CGT el lunes un plazo de diez días para dar respuesta a sus reclamos. “Les dimos los diez días y vamos a ver después qué nos contestan. Las circunstancias están así. La cancha está embarrada y hay que jugar con los tapones altos”, sentenció el sindicalista. Y adelantó que luego de que el Ejecutivo “conteste por afirmativo o por negativo”, realizarán “una reunión del Consejo Directivo” de la CGT y actuarán “en consecuencia”.

El líder de la CGT relató que después de la última reunión con los dirigentes de los gremios que integran esa central “ningún sindicato habló de hacer un paro o una movilización de forma individual”. “Los compañeros estaban más preocupados por las suspensiones y la falta de trabajo. Lo más triste que hay es cuando un laburante llega a su casa y le dice a su familia que lo despidieron”, indicó Caló. Durante el congreso de la CGT “los compañeros estaban enojados”, contó, y agregó que mantienen diálogo con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para que “no se pierdan los puestos de trabajo”.

Caló afirmó también que en el caso de que el Gobierno diera una respuesta negativa, sería “irresponsable renunciar y dejar a los compañeros en banda frente a esta difícil situación”. “Los verdaderos dirigentes son los que cuando el barco se hunde se ponen al frente del timón y tratan de sacar el barco adelante. Renunciar sería lo más fácil”, afirmó el metalúrgico.

Consultado sobre la afirmación de Capitanich de que el reclamo de Ganancias “es político”, Caló prefirió no opinar. Al día siguiente de la reunión con la CGT, en su habitual conferencia de prensa, el jefe de Gabinete había afirmado que los reclamos de aumento del mínimo no imponible de Ganancias “pueden intensificarse o no por carácter político”, pero “no por cantidad de trabajadores o jubilados involucrados”. El martes, Yasky calificó esa caracterización como “una pavada”. Caló prefirió el silencio.