EL PAíS › OPINION

Un sistema que se caía

 Por Luis Bruschtein

¿La gente salió a la calle y se cayó el sistema? ¿O el sistema se cayó y la gente salió a la calle? El corralito y la recesión demostraban que el sistema no tenía más respuestas. Pero hubiera sido distinto si la gente no salía. El 19 y 20 de diciembre no tiró el sistema, pero sirvió para que el pueblo expresara lo que pensaba del sistema que se caía y terminara de hundirlo.
El pueblo no salió a la calle con mala leche ni digitado por consignas dogmáticas o con intereses partidarios. Estaba harto de sentirse saqueado y engañado. Como el Cordobazo, esa fecha no tiene dueño ideológico ni partidario. Había un sentimiento de rechazo al sistema económico, social, político y cultural.
En los días siguientes hubo intentos frustrados de convertir ese sentimiento en programas que esquematizaban en forma dogmática y muy parcial la complejidad y la fluidez. Y también hubo intentos desde el sistema político de subestimar ese impulso. El “que se vayan todos” expresaba con claridad ese sentimiento popular. Pero fue una consigna bastardeada por todos, aunque todos sabían de qué se trataba. No era que se fueran los de izquierda y se quedaran los de derecha o al revés, que se quedara mengano y se fuera fulano y tampoco que se fueran todos en un sentido literal. Y menos aún era un rechazo a la política como dijeron algunos. Lo que esa consigna expresaba era el fin de un sistema político, de una forma de hacer política.
En realidad fue una reivindicación de la política, un esfuerzo por rescatar a la política de la nada de la politiquería. El rasgo fundamental del modelo neoliberal no era la política sino la situación social. Y sin embargo, la reivindicación central –no la única– de esa movilización apuntó sobre la política. Los programatistas y los politiqueros han dicho que fue así porque se movilizaron las clases medias porteñas.
En realidad, el reclamo social estaba en la base del reclamo político. Justamente las clases medias porteñas venían votando opciones que expresaban su oposición al modelo neoliberal pero que luego eran incapaces de modificar nada. Además la izquierda había logrado votaciones muy altas entre esas clases medias. Era claro y estaba explícito que se trataba de cambiar el viejo sistema político para desarrollar otras formas de hacer política que fueran capaces de tomar el reclamo social para impulsarlo. Se visualizó a la política como la herramienta para expresar las reivindicaciones económicas y sociales y por eso el reclamo central de la movilización apuntó primero a tirar una herramienta inservible para reemplazarla por otra.
Pasaron dos años y parece que hubieran pasado muchos más. No se cumplieron los centenares de puntos, puntitos y subpuntos de los programas pero nadie puede decir que todo está igual, incluso aun cuando se hayan ido pocos. Los cambios que se han producido en este tiempo tampoco tienen un sentido lineal, son mucho más difusos de lo que expresaron las movilizaciones del 19 y 20 de diciembre. Pretender asignarle una orientación unívoca, para un sentido o para el otro, es equivocado. El escenario político cambió y creó condiciones nuevas en las que pueden jugar también hasta los políticos más emblemáticos del viejo sistema. Pero es un escenario donde, a diferencia de los últimos treinta años, el que disiente no es marginado y donde confrontan proyectos diferentes, no hay una hegemonía absoluta. Se trata de un escenario en el que exponentes del modelo neoliberal como Carlos Menem y Mauricio Macri fueron derrotados.
Y no fueron fácilmente derrotados, hubieran podido ganar a pesar del 20 de diciembre. Si en este momento, el presidente fuera Carlos Menem, el análisis sería otro. Una consecuencia del 20 de diciembre entonces es que fue más la gente que se dio cuenta de que había que derrotar a Menem que los que pensaron que todos los otros candidatos eran más de lo mismo menos el suyo. Y otra consecuencia del 20 de diciembre fue que el ganador de laselecciones, el presidente Néstor Kirchner, tomara nota de muchos de los reclamos que se expresaron ese día.

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