“El Fondo y nosotros somos blanco y negro, pensamos diferente. Nos fue tan mal con ellos que nos preocuparía pensar igual”, arremetió Néstor Kirchner, en respuesta a las críticas del organismo a los acuerdos de precios. Felisa Miceli se encuentra en Washington participando de la asamblea de primavera del FMI y en ese marco mantuvo entrevistas con sus autoridades. En ellas escuchó, como en un déjà vu, las mismas recomendaciones de siempre: subir el superávit fiscal, bajar el dólar y aumentar las tasas de interés para frenar la inflación. La ministra defendió la política del Gobierno y pidió una autocrítica seria por los repetidos errores del organismo. Ayer, se reunió con el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz.

“Miren si el Fondo nos va a aplaudir a nosotros. No están de acuerdo con los precios de referencia. Si le hubiéramos hecho caso a (Rodrigo) Rato, al FMI y a todos los demás saben cómo nos habría ido a los argentinos”, insistió Kirchner al hablar durante un acto. “Quédense tranquilos que no les vamos a hacer caso, no les vamos a pedir permiso, porque ya sabemos lo que sufrimos los argentinos con ellos”, agregó.

El director del departamento para América latina del FMI, Anoop Singh, prefirió ayer no polemizar. En conferencia de prensa, evitó cuestionar la política de acuerdo de precios. “Lo que es clave para nosotros es que junto con esas políticas tiene que haber políticas macroeconómicas de apoyo”, indicó. Esas medidas consisten en permitir la apreciación del peso, elevar el superávit y subir las tasas de interés, según explicó el Fondo en su informe “Perspectivas Económicas Mundiales”.

En el plano fiscal, Singh reconoció que el Gobierno busca lograr un superávit “mucho mayor que el que habíamos discutido hace unos años”. El dato es cierto, ya que el excedente fiscal está bastante más arriba de los 3 puntos del PIB que había planteado el Gobierno durante las fallidas negociaciones por un acuerdo. Sobre este punto, Kirchner no hizo ninguna referencia.

El FMI, en tanto, pronosticó que la inflación de este año será del 12,9 por ciento, mientras que en 2007 llegará al 15 por ciento. El organismo fracasó estrepitosamente en cada uno de sus estimaciones. De hecho, para este año arriesgó inicialmente que el crecimiento económico sería del 4 por ciento y ahora corrigió ese previsión a 7,3, casi el doble. Nadie del FMI explicó las razones que los llevaron a realizar tamaña corrección. Tanto en el informe presentado anteayer como en las declaraciones de Singh de ayer no hubo ninguna referencia a los acreedores que rechazaron el canje de deuda, tema que en su momento cerró las puertas a un acuerdo con Argentina.

Miceli tuvo ayer una agenda cargada. La reunión más importante fue con Wolfowitz, titular del Banco Mundial. La ministra le pidió que tenga en consideración el impacto ambiental de las papeleras, por el financiamiento que estudia la entidad a las fábricas que se construyen en Fray Bentos, y avanzó en las conversaciones del próximo programa crediticio del banco con Argentina. Son préstamos por 3300 millones de dólares que debe aprobar el directorio. Miceli también participó de una importante reunión sobre la economía internacional en la que estuvieron el secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, y sus pares de China y el Grupo de los Siete. Hoy dará una conferencia en el FMI y se reunirá con el futuro embajador de Estados Unidos en Argentina, Anthony Wayne.