“No tengo nada que ver. Ya fui indagado en su momento y dije lo que tenía que decir. No sé nada de Automotores Orletti”, fue la enfática respuesta del general retirado Eduardo Rodolfo Cabanillas al diario Río Negro, consultado sobre su reciente detención en la causa del Primer Cuerpo de Ejército, que calificó de “sorpresiva”.

El juez federal Daniel Rafecas lo envió a dependencias de la Gendarmería, pero el militar, acusado de violaciones a los derechos humanos en ese centro clandestino durante la dictadura, tales como el homicidio de cinco detenidos, respondió por teléfono las preguntas del matutino. Desde hace seis años, Cabanillas vive en San Martín de los Andes junto a su esposa. Había sido titular del Regimiento 4 de Caballería de Montaña con asiento en esa ciudad.

“Esta investigación se desprende de una acusación del señor (Juan) Gelman, pero yo nunca tuve que ver con ese tema, y eso ya lo había dejado muy claro cuando la causa la llevaba (el ex juez Adolfo) Bagnasco. En esos años yo estaba en comisión en la SIDE y no tenía relación con aquello”, dijo Cabanillas. Y describió que luego de haber sido interventor en la Municipalidad de Cipolletti, desde el golpe de 1976 y durante tres meses, viajó a Buenos Aires para continuar sus cursos en la Escuela Superior de Guerra, pero fue destinado a la SIDE como custodio del jefe de entonces, el general Otto Paladino. Se mantuvo en esas funciones durante cuatro meses. “Yo era oficial de Inteligencia”, agregó para insistir en desvincularse de Orletti.

En su edición de ayer, Río Negro recordó las declaraciones del paramilitar Víctor Gard, quien, entrevistado hace siete años, dijo que el entonces capitán Cabanillas fue su jefe en Automotores Orletti y que “era buena persona”. Gard afirmó que en Orletti funcionaba un grupo de la SIDE y admitió que en ese centro clandestino se secuestraba y se torturaba. El paramilitar falleció a fines de noviembre de 1999.