–Arslanian suele decir que usted defiende propuestas de mano dura.

–No tengo ninguna propuesta de mano dura. Este hombre es el “ministro de la Inseguridad”. En su gestión, en vez de mejorar empeoramos. Quiere que las personas que salen de prisión sean contratadas en el Servicio Penitenciario... Mañana la Garza Sosa es el director de un penal.

–¿Está a favor de la pena de muerte?

–No, nunca tiene que haber. El único que puede quitar la vida es Dios. Lo que necesitás es orden y poner disciplina. Yo hablé con (el ex alcalde de Nueva York, Rudolf) Giuliani cuando vino hace dos meses a Buenos Aires. Tuvimos una charla profunda. Se necesita una voluntad política, como hizo él. Trajo al sociólogo George Kelling, que escribió el libro Broken window. Es para que el que hace algo no vaya a mayores. Tenés que agarrarlo a tiempo. Si alguno hizo una cagada, tiene que saber que tiene el castigo por lo que hizo.

–Es la doctrina de la tolerancia cero.

–Pero la tolerancia cero fue con la fuerza, que era muy corrupta. ¿Qué pasó acá? Los políticos que hablan de la Bonaerense la usaron para recaudar fondos. Es un libertinaje que es muy difícil parar. Y cuando trajimos la gente del Manhattan en Córdoba...

–Un directivo del Manhattan Institute dijo que los limpiavidrios eran “terroristas urbanos”.

–Hay cada loco que te puede decir cada cosa... Yo no comparto eso. Pero no podés permitir que cualquiera haga lo que quiera. Lo agarran a ese chino que ¡¡quemó once mueblerías!! ¿Cuántos años le dieron? Tres y medio. A los 10 meses está libre y otra vez anda con las bombas molotov. ¿Qué tienen que hacer con ese tipo? Primero preso acá y después expulsarlo del país. No podés tener chinos que te vienen a quemar las cosas acá.