Los docentes neuquinos volvieron a mostrarse en las calles. Estuvieron en los puentes cortados a Río Negro, en una radio abierta en el monumento a San Martín, en las sedes gremiales buscando alguna tarea y recorriendo la ciudad para “escrachar” a los funcionarios. Ayer también le tocó a la casa del gobernador Jorge Sobisch. Las brigadas de “escraches” dejaron sus marcas en la casa de Gobierno y en la cámara empresaria de Neuquén (Acipan), que días antes del asesinato del docente Carlos Fuentealba volvieron a reclamar a los funcionarios provinciales “mano dura” contra los cortes de ruta. Pero la sorpresa fue para los pintores fue frente al edificio donde está el departamento en el que figura el “domicilio legal del gobernador”. No había custodia policial a la vista pero tampoco ningún vecino de Sobisch salió en su defensa o al menos de las paredes del edificio, donde volvieron a pintar “asesino” y “Sobisch renunciá”, las consignas que los docentes levantan como primer punto del extenso petitorio de reivindicaciones gremiales en el que el eje, hasta el asesinato de Fuentealba, era el aumento salarial. Las pintadas también llegaron al barrio de Mara Alvarez, la presidenta del Consejo Provincial de Educación. Por la tarde había circulado un mensaje de texto entre funcionarios del Consejo para que no “concurran el lunes a sus lugares de trabajo. No se expongan, no se muestren”, que algunos docentes extrañamente llegaron a recibir. También volvió a ser escrachado el bar Varoli, cuyo dueño, Carlos Sandoval, sería uno de los hombres de mayor confianza del gobernador y su ex jefe de prensa. Los docentes se encontraron con varias sorpresas. La gente se plegó a sus cánticos y se acercaba a pedir los volantes que repartían. La custodia privada intentó encerrarlos en el lugar sin éxito en medio de gritos y empujones. Por la noche, el escrache llegó hasta la casa del subsecretario de Seguridad, en Centenario, a unos diez kilómetros de la Capital. Allí, los docentes marcharon por las calles y se pararon frente a la casa del funcionario que muchos vieron junto a la policía que reprimió a los maestros sobre la ruta 22.