Viernes, 7 de septiembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › LOS ARGUMENTOS DEL JUECISMO PARA DENUNCIAR FRAUDE
Por Martín Piqué
Desde Córdoba
La pregunta recorre, como aquel fantasma del que habló algún famoso intelectual del siglo XIX, todos los espacios interesados por lo que pasó en las urnas cordobesas. ¿Cuáles son los indicios concretos, las pruebas documentales o estadísticas, que tiene el Frente Cívico y Social para hablar de fraude? ¿Tienen el peso suficiente para que el reclamo por la apertura de las urnas deba ser concedido por el Tribunal Superior de Justicia o, luego, la propia Corte Suprema? Hasta el miércoles, los colaboradores de Luis Juez parecían concentrados en un punto de su denuncia: la constatación de que en la información previa al comicio, enviada a todos los partidos por la Justicia electoral, figuraban 5987 mesas: el lunes siguiente a las 11, al finalizar la incorporación de datos en el programa informático en el Correo, la cantidad de mesas había subido a 6152. Pero los juecistas dicen haber encontrado un elemento que consideran aún más sospechoso: una diferencia importante en la cantidad de votos emitidos para gobernador con los de las otras categorías que se votaron el domingo: legislador provincial o tribunal de cuentas.
Para entender lo que creen los allegados de Juez hay que recordar algunos reglamentos electorales. El más importante es que cuando se puntualiza la cantidad de votos emitidos se está hablando de la totalidad de votantes que entraron al cuarto oscuro y votaron en las distintas categorías: el voto pudo haber sido positivo (elegir a alguno de los candidatos en cada una de las categorías) o también en blanco, nulos o recurridos. En todos los casos deben cuantificarse como votos emitidos, por lo que al final del escrutinio, al comparar la cantidad de votantes registrados en cada categoría, los números deben ser idénticos o con diferencias mínimas, atribuibles a errores técnicos. Eso fue lo que sucedió, por ejemplo, en Santa Fe: los votos emitidos para gobernador fueron 1.782.193, mientras que para legisladores votaron 1.782.785. La diferencia de 592 votos es mínima para el padrón y queda dentro de los parámetros normales de errores en el ingreso de datos.
Comparado con Santa Fe (que tiene un padrón electoral bastante parecido), el caso de Córdoba es muy distinto: según el escrutinio provisorio que fue cargado al sitio de Internet eleccionesargenti na.com.ar/córdoba, para gobernador votaron 1.629.363 personas, mientras que para legisladores lo hicieron 1.579.019. La diferencia llega a los 50.344 votos. Con la otra categoría que se votó el domingo –tribunal de cuentas–, la diferencia en los votos emitidos es todavía mayor: para el tribunal de cuentas votaron 1.492.367, o sea 136.367 sufragantes menos que para gobernador. ¿Cuáles son las conclusiones que, aseguran los juecistas, permiten sacar estas diferencias? La respuesta es simple. O no se anotaron como votos en blanco los cortes de boleta de los votantes que no quisieron sufragar por legisladores y tribunal de cuentas o existió una “carga artificial de votos en la categoría gobernador”. Esto último sugiere uno de los análisis que está circulando en la provincia, realizado por el periodista económico y editor Néstor Sargiotto.
El problema que advierte Sargiotto es que si se agregaron votos para la categoría gobernador será necesario abrir las urnas que presenten diferencias notorias en la cantidad de votos emitidos en cada categoría.
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