Los casi 600 jueces quedaron distribuidos en tres talleres donde tenían permiso para anotarse en una lista de oradores, cual asamblea, y hablar. Hubo intervenciones variadísimas, algunas verdaderas confesiones:

- “Si a uno le ponen 18 micrófonos en la cara ¿qué hace? Debe saber responder con solvencia. Hace falta capacitación”, dijo una jueza de la corte jujeña al hablar de factores que jaquean la independencia. Un buen día, pronosticó aterrada, “la prensa va a ser incontrolable”. “Los tiempos han cambiado, ya no somos ascetas y debemos capacitarnos para salir a contestar –continuó–. Pero claro hay otro problema, quién y cómo elige a los jueces.” Todo “siempre” queda sujeto “a los tiempos políticos”, se quejó.

- “Dime cuánto (presupuesto) le asignas al Poder Judicial y te diré cuál es su independencia”, dijo con pose actoral un juez de Córdoba que desató carcajadas. Propuso un porcentaje fijo de los presupuestos provinciales a los tribunales. “Diez por ciento”, pidió entre aplausos.

- Con un tono más emotivo, una jueza de Morón llamó a sus colegas a no ser “indolentes”. “Nos acostumbramos a la gente esté un año con prisión preventiva esperando un juicio –alertó–. Hay que modificar los parámetros culturales.”