SOCIEDAD › PRESENTAN UNA NUEVA TERAPIA NO INVASIVA EN EL HOSPITAL DE CLíNICAS

Rayos láser contra el cáncer

Se trata de la “terapia fotodinámica”, que sustituye a la cirugía en casos incipientes de tumores de pulmón y de esófago. También se utiliza como paliativo en casos avanzados. El Clínicas se convertirá en centro de entrenamiento para esta terapia.

 Por Pedro Lipcovich

Hoy se presenta en el Hospital de Clínicas un nuevo método para tratar determinados casos de cáncer, de pulmón y de esófago, sin recurrir a la cirugía. Se empieza por inyectarle al paciente una droga que se acumula selectivamente en las células del tumor. Cuarenta y ocho horas después, mediante endoscopia, se le introduce, en el esófago o en el bronquio, una fuente de luz láser que destruye las células cancerosas. El método, llamado “terapia fotodinámica”, sustituye a la cirugía, pero sólo en casos que hayan sido detectados muy tempranamente, cuando las células malignas son todavía muy pocas: para este diagnóstico precoz, recomiendan que los grupos en mayor riesgo –que, tratándose de cáncer de pulmón, comprende a quienes han sido grandes fumadores o padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica– se hagan tomografías y estudios endoscópicos. Otra aplicación del método es como paliativo en personas con cánceres ya avanzados: en estos casos permite una mejor calidad de vida, al eliminar obstrucciones de los bronquios o el esófago.

Héctor Nava, jefe de cirugía oncológica del Rosewell Park Cancer Institute de Buffalo, Estados Unidos, vino a la Argentina para presentar la técnica, que se desarrolló en esa institución. “La sustancia que se le inyecta al paciente se llama porfímero sódico –explicó–. Se concentra especialmente en tumores cancerosos: probablemente, las anomalías circulatorias del tumor hacen que la sustancia tarde en eliminarse. Entonces, 48 horas después de haberla inyectado, se introduce un endoscopio, un delgado tubo flexible, por el esófago o por el bronquio. En el extremo de este tubo hay una luz láser capaz de penetrar hasta ocho milímetros en los tejidos y, por lo tanto, de destruir células tumorales hasta esa profundidad.” Ese láser destruye el tumor mediante dos mecanismos: “En el interior de cada célula produce la liberación de sustancias tóxicas y, además, ataca los vasos sanguíneos que nutren al tumor”, precisó Nava.

Las primeras aplicaciones fueron “tratamientos paliativos: en pacientes con tumores de esófago ya sin remisión posible, la obstrucción de ese órgano puede impedirles comer; en tumores bronquiales avanzados, la obstrucción de los bronquios puede hacer difícil respirar. Para estos casos, la terapia fotodinámica permite desobstruir los conductos y así mejorar la calidad de vida del paciente, ya sin pretender curarlo del tumor o sus metástasis”, contó el jefe de cirugía oncológica del Rosewell.

Pero también “en tumores muy tempranos, pequeños y superficiales, este tratamiento hace posible la cura sin necesidad de cirugía ni de quimioterapia”, anunció Nava. En el cáncer de esófago, ya en esa temprana etapa puede haber síntomas: “Una persona puede tener todos los días reflujo gastroesofágico, se levanta cada mañana con acidez y dolor: cuando se investiga, tal vez se encuentre un cáncer incipiente o un ‘esófago de Barrett’, condición precancerosa que sólo podía tratarse con cirugía. La terapia fotodinámica es un método efectivo y menos invasivo”.

Cuando el tumor incipiente es de pulmón, “no produce todavía síntomas, y si se encuentra es generalmente por casualidad: la persona tiene tos u otro problema que no es exactamente causado por el tumor, pero a raíz de eso se hace un estudio que diagnostica el cáncer”, agregó el cirujano.

Nava advirtió que “entre los efectos secundarios de esta intervención puede haber, tratándose del esófago, dolor y náusea, especialmente en las primeras horas; más adelante puede haber obstrucciones o estrechamiento del esófago, que se tratan mediante dilatadores”. Si la intervención es en los bronquios, pueden producirse disnea, fiebre o tos.

Hugo Esteva, jefe de cirugía de tórax del Hospital de Clínicas, observó que “este método permite, en casos incipientes, no llegar a la cirugía, que, al extirpar gran parte del pulmón, reduce la capacidad respiratoria del paciente”. El profesional aclaró que “la terapia fotodinámica sirve sólo para tumores que nazcan en los grandes bronquios, ya que tiene que poder entrar el broncoscopio, cuyo diámetro es de unos cinco milímetros”.

Según Esteva, “los grandes fumadores, aquellos que han fumado más de 20 cigarrillos por día durante más de 20 años, debieran hacerse broncoscopias y tomografías computadas para diagnosticar tumores en ese estado incipiente; también debieran hacerlo quienes padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”.

El método, para cánceres de pulmón y de esófago, cuenta con la aprobación de la FDA en Estados Unidos, y de las autoridades sanitarias de Canadá, Japón y la mayoría de los países europeos; en la Argentina, está aprobado por la Anmat. “Se está ensayando también para tumores de piel, como el melanoma, y de laringe”, contó Nava.

El Hospital de Clínicas de la UBA anunció que “a partir de ahora se constituirá en un centro de entrenamiento en esta terapia para los especialistas de todo el país y de Latinoamérica”.

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Héctor Nava, del Rosewell Park Cancer Institute de Buffalo, vino a Argentina a presentar la técnica.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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