Fue allanado ayer un taller textil ilegal que tenía orden de clausura desde hacía dos años y seguía funcionando en el barrio de Flores. En el local trabajaban 25 empleados bolivianos y peruanos, que “en su mayoría cuentan con documentación”, según una fuente policial, y que cobraban 800 pesos mensuales por una jornada laboral que sería de 13 horas. El taller, ubicado en Pergamino 42, es propiedad de un matrimonio de nacionalidad coreana: fuentes policiales anticiparon que ambos cónyuges, de 60 y 55 años, quedarán detenidos. El operativo se originó en una intervención de la Defensoría del Pueblo porteña, en relación con denuncias de la cooperativa La Alameda, e intervinieron agentes de la Policía Federal, de la Dirección de Migraciones, de la Fiscalía General y de la Subsecretaría de Trabajo de la ciudad. Según fuentes del caso, el ingreso al lugar se hizo por medio de un cerrajero “porque no permitían el paso”. La Dirección de Protección del Trabajo dispuso que el taller deberá cumplir con 14 exigencias antes del 21 de este mes; durante ese plazo, los propietarios deberán seguir abonando el salario a sus empleados.