En una bóveda del Banco Central, en el microcentro porteño, fueron depositados los 750 kilogramos de cocaína que habían sido secuestrados hace poco menos de diez días, durante un operativo realizado en un galpón de la localidad bonaerense de San Miguel. El cargamento, valuado fronteras adentro en cinco millones de dólares, y en 22 millones de euros en territorio europeo, fue distribuido en 30 cajas y guardado en la sede bancaria hasta que la Justicia decida su destrucción. La droga había sido incautada en un depósito en la localidad bonaerense de San Miguel por la Federal con una extraña intervención de tres bonaerenses enviados por Faggionatto Márquez.