Domingo, 31 de mayo de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › COMO EL MIEDO A LA GRIPE A CAMBIO LA RUTINA EN LOS COLEGIOS PRIVADOS DEL NORTE METROPOLITANO
Son escuelas de clase media, acomodada y alta. Muchas suspendieron los torneos intercolegiales y cancelaron intercambios. Los chicos llevan alcohol en gel. Hay padres que no los mandan a clase. Los viajes a Orlando, el fantasma que preocupa.
Por Mariana Carbajal
Mediodía del jueves. Juana, de 11 años, su hermano, de 8, y su mamá almuerzan en el McDonald’s de Maipú al 1000, en Vicente López. De pronto, Juana levanta la vista, mira a su alrededor y dice: “Mamá, estamos rodeados de chicos de otros colegios. Mirá si nos contagiamos la gripe porcina”. A partir de ese instante, Juana empezó a mirar con asco el helado que estaba por disfrutar, a todo lo que había sido tocado por los empleados del local que le prepararon su bandeja con una hamburguesa y a los alumnos con uniformes de colegios de la zona que comían en mesas cercanas. La anécdota la cuenta su mamá, abogada, preocupada por el temor a contraer el virus de la influenza A H1N1 que por estas horas manifiesta su hija. Pero no es la única con paranoia. La mayoría de sus compañeros de sexto grado están, como ella, “re obsesivos” con lavarse las manos con alcohol en gel, al punto de que cada uno lleva su propio frasquito con el producto desinfectante aunque no sea una exigencia en la escuela, como sí lo es ya en el Instituto La Salle de Florida y otros establecimientos educativos de la zona norte del área metropolitana, donde por ahora está instalado el brote de gripe A. La mayoría de los afectados tienen edad escolar.
La rutina de los colegios privados a los que concurren los hijos de la clase media, media acomodada y alta cambió abruptamente en los últimos días a partir de la aparición de los primeros casos de la influenza A en la Argentina. Cinco escuelas fueron obligadas a suspender sus clases –dos en la Capital Federal y las otras de Pilar– al confirmarse que alguno o varios de sus alumnos tienen la enfermedad más mencionada por estas horas. Así lo indica el protocolo de prevención de los ministerios de Salud y Educación.
Algunos colegios se sumaron al cierre preventivo en forma unilateral. Otros, como el San Gabriel, de Vicente López, ante la detección en sus aulas de un caso sospechoso pretendieron suspender las clases, pero esa medida sólo se puede decretar con la confirmación de la presencia de la enfermedad y no ante la sospecha. Así que a mediados de la semana, cuando se dieron cuenta de que un nene tenía fiebre muy alta y vínculos con una persona que podría tener el virus, las autoridades educativas del San Gabriel les plantearon a los padres que decidieran ellos si enviaban o no a sus hijos. La mayoría optó por dejarlos en sus casas. Entre jueves y viernes apenas llenaron dos aulas con todos los chicos que asistieron, entre los de primaria y secundaria. También quisieron suspender las clases preventivamente en los colegios Los Robles y Santa María, ambos en Pilar, pero sólo pudieron hacerlo por un par de días, para tareas de limpieza, por directiva de las autoridades educativas.
Otros, como el Florida Day School, siguieron el procedimiento ordenado desde la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires y ante un presunto caso de influenza A en una sala de cuatro años del jardín de infantes, suspendieron las clases solo para esa aula: tanto los compañeros como los docentes de la nena “sospechosa” debieron permanecer en sus casas desde el jueves, hasta que se conozca el resultado de los exámenes médicos que podrían estar hoy: en caso positivo, todo el jardín entrará en cuarentena por 14 días. De lo contrario, la actividad educativa continuará con la normalidad que la amenaza de la nueva gripe impuso. Entre las medidas dispuestas, se suspendieron los torneos deportivos intercolegiales y los intercambios educativos.
En las próximas semanas, como ya es costumbre, estudiantes de sexto grado de una escuela bilingüe de Chile iban a ser hospedados en casas de alumnos del Florida Day School. Posteriormente, hacia fin de año, la visita la harían los bonaerenses a Santiago: pero por el momento, la actividad fue cancelada hasta nuevo aviso. Al enterarse de que no vendrán ahora los estudiantes chilenos, Facundo suspiró aliviado: “Prefiero que sea así antes que morirme”, le dijo a su mamá. El comentario la sorprendió: ella esperaba escuchar el pataleo de su hijo por la suspensión de una experiencia que esperaba con ansiedad que se concretara. Pero las noticias de la multiplicación de casos de gripe A en el país trasandino dejaron su marca.
“Hay que manejar con cierto cuidado la información para evitar que los chicos se angustien. Finalmente no es más que una gripe común y hasta más leve”, aconseja Gabriela Dueñas, psicopedagoga en varios colegios de la zona norte.
Pero no todos entran en pánico. En el exclusivo colegio Northlands, de Olivos, que el viernes reabrió sus puertas luego de 72 horas de cierre preventivo para una desinfección a fondo, los alumnos se divierten. Las compañeras de la alumna que puso en alerta a los directivos –el test habría dado negativo– se pusieron de acuerdo para ir a clase el viernes todas con barbijos, en tono de broma. La alumna en cuestión había participado de la competencia ecuestre Sol de Mayo, disputada entre el 14 y 17 de este mes en el Club Hípico Argentino, de Palermo, desde donde al parecer una adolescente peruana diseminó el virus entre varios de los jóvenes presentes. Algunas de las chicas del Northlands, incluso, repetían el viernes divertidas “oinc, oinc, oinc” por los pasillos, en alusión al sonido que emiten los cerdos.
Al regresar a las aulas encontraron algunas novedades: por ejemplo, en cada una se colocó un dispenser de alcohol en gel –como los que hay en sanatorios y hospitales– para que se higienicen las manos tantas veces como consideren necesario.
Además del torneo hípico, el otro factor de riesgo en los colegios de la zona norte son los viajes a Orlando, para visitar DisneyWorld, que varios de sus alumnos hicieron en las últimas semanas o tienen previsto realizar antes de las vacaciones de invierno, aprovechando los paquetes de oferta que ofrecen las agencias de turismo, no solo por tratarse de temporada baja para Estados Unidos –es primavera– sino porque precisamente disminuyeron las visitas extranjeras por la fuerte presencia del virus de la gripe A. Estados Unidos encabeza el ranking internacional, con más de la mitad de los casos registrados en el mundo.
Hasta ahora la mayoría de los contagios en el país, según las autoridades sanitarias, corresponde a alumnos que estuvieron en contacto con compañeros que habían viajado a los Estados Unidos. El colegio donde se detectó la mayor circulación del nuevo virus es el Fray Mamerto Esquiú, de Belgrano. Pero también tuvieron que cerrar hasta el 8 de junio la Escuela del Caminante, de Palermo, y los colegios Del Pilar y North Hills, ambos de Pilar. A estas instituciones se les sumaron el Saint John’s, donde asiste una niña de cinco años que contrajo la gripe A, y el Saint Matthew’s, en el que estudia una niña de 10 años que se habría infectado a través de su abuela cuando regresó de Texas. Ambos colegios son también de la zona de Pilar. También cerraron en forma preventiva el Colegio Cardenal Copello, de Villa Devoto, y el Santa María y Los Robles, de Pilar, por un par de días, para realizar tareas de limpieza, entre otros.
“Una alumna me informó hoy (por el viernes) que dentro de tres días viaja con su familia a Disney. Le dije que tiene que quedarse diez días en su casa al regresar antes de volver a clase, por precaución. Me contestó que si hace eso se va a quedar libre”, contó a este diario la vicedirectora de un colegio privado de la zona norte de la Capital, anonadada por la respuesta y por el hecho de que los padres no hayan evaluado ese aspecto. El aislamiento preventivo por una semana y media es la recomendación que está dando la ministra de Salud, Graciela Ocaña, a quienes viajen a países donde el virus está circulando.
Algunos chicos, más pícaros, esperan que se confirme algún caso para no tener clases por dos semanas. “No hay que tener miedo, hay que tener precaución”, dice Joaquín, de cuarto grado, del San Andrés, otro colegio de elite, de Olivos.
Pero no todos los niños y niñas están al tanto de la nueva gripe. Los más chicos no tienen mucha idea de qué se trata. “¿Es una enfermedad que afecta a los chanchos?”, trató de adivinar Federico, de tercer grado, al ser interrogado. Su madre insiste cada vez que regresa de la escuela en que pase por el baño para lavarse bien las manos, le explicó que si estornuda debe taparse la boca con el brazo y no con la mano, y que no debe compartir las bebidas, pero Fede no registró que fuera una precaución especial. Y no pregunta.
En los últimos días aumentaron los casos de nenes y nenas y de adolescentes que fueron devueltos a sus casas con fiebre o dolor de cabeza. Ante el menor síntoma compatible con la gripe A, desde los colegios alertaron a los padres para que fueran a retirarlos. La indicación que recibieron las familias en los cuadernos de comunicaciones esta semana fue precisa: “No enviar a sus hijos con síntomas de gripe: fiebre, tos y dolor de cabeza. Ante la aparición de estos síntomas consultar al médico e informar al colegio. Sólo podrán reintegrarse con certificado de alta médica. Si algún alumno presentara alguno de estos síntomas dentro del colegio, llamaremos a las familias para que los retiren y hagan la consulta médica pertinente”. Palabras más, palabras menos, el mensaje se repitió en cada escuela.
Además, pidieron a los padres “concientizar” a sus hijos en cuanto a medidas de higiene como lavado frecuente de manos y no compartir vasos, botellas o utensilios.
Un grupo de niñas de 5º y 6º grado de distintos colegios –San Nicolás, de La Lucila, San Lucas y William Caxton, de Olivos, St. Gregory’s, de Vicente López, y Florida Day School y el Instituto La Salle, de Florida– charlan en un club de la zona, mientras esperan que comience su clase de tenis. Al preguntarles sobre la nueva gripe, todas demuestran que tienen más que claro qué medidas deben seguir para prevenir el contagio. Las enumeran. Y saben a la perfección cuáles son los síntomas que dan el alerta. Los repiten. Dominique, tres Sofías, Valentina, dos Catalinas, Juana, Rosario, Avril y Cami cuentan que les explicaron todo en sus coles.
–Pero no hay que olvidarse del dengue –irrumpe Valentina–. La nueva moda es la gripe porcina, pero no hay que olvidarse del dengue –insiste.
Sus amigas coinciden. También saben que es el mosquito Aedes aegypti el que la transmite, que deja los huevos en recipientes con agua limpia, que “hay cuatro tipos de dengue” y que “si después de que te picó uno, te pica otro, se rompe tu escudo de protección y estás frita”. Por estos días, es más probable que un caso de influenza A se confirme en los colegios privados del norte del área metropolitana que uno de dengue.
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