La detención, en Monte Grande, de Ariel Alberto Gorosito, más conocido como “El Mudo”, fue señalada por el gobierno bonaerense como “un duro golpe” para una organización dedicada a la venta de drogas –cocaína, marihuana y paco– en la zona sur del conurbano. De acuerdo con la información oficial, Gorosito tenía “al menos 70 ‘kioscos’ de expendio” en una amplia franja del partido de Esteban Echeverría y zonas aledañas. La detención se produjo en el barrio 9 de Abril de Monte Grande y, según los datos aportados por fuentes policiales, El Mudo contaba “con un verdadero batallón de distribuidores de droga, incluyendo a muchos jóvenes adictos a los que no les pagaba en efectivo sino suministrándoles drogas para su consumo personal”, según le dijo a Página/12 una fuente allegada a la investigación. El gobernador Daniel Scioli, por medio de un comunicado, felicitó a los policías que investigaron el caso, al tiempo que aseguró que la detención de Gorosito “pone freno a la comercialización de cocaína, marihuana y paco en el sur del conurbano”. En el último año habían caído presos otros doce miembros de la banda.

Gorosito era buscado desde hacía varios meses, pero recién ayer pudo ser capturado por una comisión de la Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora. La causa fue conducida por el fiscal Marcelo Domínguez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 21, que se especializa en el seguimiento del tema drogas. El jefe de la DDI de Lomas, comisario Fabián Tosso, aseguró que Gorosito era “el organizador, el líder que llevaba adelante todo lo que se relacionaba con la venta de estupefacientes en distintos lugares y en esa tarea tenía mucha gente trabajando para él”.

Voceros judiciales precisaron que uno de los mayores ingresos de la organización era “la venta de paco entre los jóvenes”. Las fuentes informaron que “el precio de venta del paco variaba según la zona donde vivía el comprador y el poder adquisitivo de la víctima”. Algunas dosis se vendían “a diez pesos, en otros casos a veinte pesos y en algunos se llegaba a cobrar cincuenta pesos”.

Otra de las particularidades de la organización era que contaba con “un numeroso plantel de vendedores, que en algunos casos eran los propios adictos, a los cuales, en lugar de darles dinero, se les pagaba en dosis de la droga que consumieran”. Los principales focos de venta eran Villa Fiorito y Villa Centenario, en Lomas de Zamora, y en zonas de Remedios de Escalada, Lanús y Luis Guillón. Los “kioscos” de la organización contaban con la colaboración de “menores de edad que hacían de ‘satélites’ o ‘campanas’ para alertar cuando la policía andaba recorriendo la zona o cuando aparecía un comprador no habitual, desconocido para la banda”.

La investigación comenzó en enero de 2010, cuando desde la fiscalía de Lomas de Zamora se advirtió que varios de los “kioscos” de paco detectados y allanados tenían un mismo proveedor. Esto se pudo determinar a partir de las características de la sustancia y de los envoltorios secuestrados en esos allanamientos. De inmediato surgió el nombre de El Mudo Gorosito como presunto jefe de la organización, pero llevó un tiempo reunir las pruebas necesarias como para ordenar su detención.

En los allanamientos que finalmente llevaron a Gorosito, se secuestraron tres kilos de cocaína, elementos de corte y fraccionamiento y armas cortas y largas. A lo largo de la investigación de más de un año, fueron detenidas al menos doce personas. En poder de Gorosito se encontró un automóvil de alta gama, un Volkswagen New Beetle color negro, con el que solía movilizarse “para controlar su negocio”. Estaba al volante del vehículo cuando lo apresaron, sin que ofreciera resistencia.

El 17 de febrero de este año fue detenido Miguel Angel Umerez, de 31 años, considerado la “mano derecha” de Gorosito. A Umerez lo apresaron en Cariló, donde veraneaba con su familia. En esa ocasión se secuestró una importante cantidad de drogas, celulares y armas. El Mudo es considerado el sucesor de “El Angel Negro”, otro histórico narcotraficante de la zona sur. A Gorosito se lo acusa por el delito de “comercialización de estupefacientes agravada” por el número de miembros de la organización. Le podrían aplicar una pena de 16 años de cárcel.