Cristian Ledesma Méndez, detenido por la masacre de Merlo en la que el jueves murieron ocho personas, admitió ayer ante la Justicia que tenía una “relación conflictiva” con su ex mujer, pero se negó a declarar sobre la fuerte sospecha que indica que habría tenido vinculación con el incendio que provocó los fallecimientos, en una causa calificada como homicidio múltiple. Fuentes judiciales informaron que por recomendación de su defensor oficial, Méndez (30), alias Memo, sólo se refirió ante el fiscal de Morón Sergio Dileo a lo sucedido antes del hecho. Cuando era trasladado nuevamente a la Unidad de Detención 46 de José León Suárez, en el Partido de San Martín, donde sigue detenido a la espera de la resolución de su situación procesal, el acusado gritó, para que lo escuchen los periodistas, que es “inocente”.

El imputado por el incendio en el que murieron su ex pareja, el marido de ella y seis chicos, uno de los cuales era hijo biológico de Ledesma Méndez, quien fue detenido el viernes por la noche en la casa de su abuela, en Villa Dominico, luego de ser buscado sin éxito en su domicilio particular y en el de su madre, ambos ubicados en la localidad de Merlo. “Soy inocente, que se sepa la verdad por el amor a Jesús”, gritó a los periodistas en medio del traslado, cuando fue consultado a la distancia sobre si había matado a su propio hijo, una de las ocho víctimas. Frente al fiscal, Méndez comenzó a contar que hace tres años mantuvo una relación con María Karina Flamenco (38), pero después se pelearon por “problemas económicos” y ella volvió con su anterior pareja, Gastón Olivera (31).

El imputado aparentemente se aprestaba a contar después algo referido a lo ocurrido la madrugada del jueves, pero en ese momento su abogado le recomendó no continuar con la declaración. El fiscal Dileo dispuso que sea trasladado de regreso al penal y en base a las pruebas reunidas, solicitará al juez de Garantías Alfredo Meade que le dicte la prisión preventiva.

A Memo le imputan los delitos de “homicidio agravado, por haberse cometido con un medio idóneo para causar un peligro común y por resultar la víctima mujer, cometido por violencia de género y homicidio agravado con pluralidad de víctimas, todos ellos en concurso real entre sí”.

Una fuente explicó que, antes de la audiencia, Méndez fue sometido a una revisión médica de rigor, que se amplió en algunos aspectos dadas las características del hecho que se le imputa. La semana próxima ordenarán los peritajes psiquiátricos y psicológicos correspondientes. “La detención es buena, pero espero que no pueda salir nunca más de la cárcel. No creo que Méndez sea un loco, y pido que no lo pasen como tal porque sabía muy bien lo que hacía con mi hija”, dijo Rita, la madre de María Karina Flamenco.

“El no soportaba que mi hija lo haya dejado y siempre juraba que los iba a matar. El estuvo bien cuerdo a la hora de asesinar a mi hija, a mi yerno y a mis seis nietos”, uno de los cuales era su propio hijo, agregó la mujer. La masacre ocurrió a la una de la madrugada del jueves en una precaria vivienda de siete por cuatro metros ubicada en las calles Iwanowski y Larsen, del barrio El Pericón, de Merlo. A esa hora comenzó el incendio que provocó la muerte de las ocho personas, intoxicadas con monóxido de carbono.

Además de la pareja, murieron los seis hijos de la mujer: Ian (4), Nayla (5), Alejo (6), Sakira (10), Briana (11) y Yael (13). Según el resultado de las autopsias, toda la familia murió por inhalación de monóxido de carbono y los primeros estudios establecieron que el fuego se inició en una cama cucheta. Como la misma estaba pegada al único ventiluz de la vivienda, sospechan que fue encendida desde afuera con un encendedor o fósforos. Méndez fue mencionado desde el inicio de la investigación como sospechoso, ya que según declararon familiares y vecinos de las víctimas, vivía acosando y amenazando a su ex mujer por la decisión de haber vuelto a convivir con Olivera.