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El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, es un vetador reincidente. Ahora fue el turno de la ley que fijaba la espera en los peajes de las autopistas en una máxima de tres minutos y no más de 120 metros de cola, que una vez superados obligaba a la empresa AUSA a permitir el paso gratuito de los automovilistas. En los argumentos del veto, Macri consideró que la norma “potencia la reacción de usuarios” para “evitar el pago de peaje”.

De acuerdo con el Decreto Nº 276/14 publicado ayer en el Boletín Oficial, “con el régimen previsto se potencia la reacción de los usuarios de pago manual que, para evitar el pago de peaje, intentarían colocarse en la fila más cercana a la demarcación” que indica la distancia de 120 metros de cabinas de cobro.

Para el jefe de Gobierno, ello “significa un peligro desmedido para los automotores y automovilistas” y para el “personal de la concesionaria”, por lo que “hará más inseguras las autopistas urbanas, aumentando la peligrosidad y la incidencia de accidentes”. El decreto lleva las firmas de Macri; el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, y el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

El decreto de veto también sostiene que la ley “pretende incorporar una regulación de tal grado de detalle, de nivel reglamentario, que afecta el ámbito de las competencias institucionales del Poder Ejecutivo”. La norma había sido aprobada con 26 votos a favor y 24 en contra.

El diputado Claudio Palmeyro, autor del proyecto, cuestionó el veto, argumentando que “hoy la gente está estafada doblemente. Por un lado, por la concesionaria de la autopista que no da el servicio y, por otro, por el jefe de Gobierno, que quiere preservar la recaudación de las concesionarias con el veto a la ley”. “Vamos a insistir porque es importante que cuando uno paga por un servicio exista la contraprestación”, adelantó.