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La Justicia rusa cerró la causa penal contra los 30 tripulantes, entre ellos dos argentinos, del rompehielos Arctic Sunrise de Greenpeace, quienes el año pasado estuvieron detenidos por haber intentado escalar una plataforma de petróleo de la empresa Gazprom en el Artico.

“Finalmente nos han informado de que el caso fue cerrado el pasado 24 de septiembre”, dijo la portavoz de la oficina de Greenpeace en Moscú, María Favorskaya. Sin embargo, “la organización aún no recibió una notificación oficial, pero el Comité de Instrucción ruso también confirmó la información”, agregó.

Favorskaya recordó que “aquí no se termina el asunto”, dado que aún se espera la resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la legitimidad de la detención del barco en aguas del Artico el 19 de septiembre de 2013 por guardacostas rusos.

El caso también sigue siendo estudiado por el Tribunal Internacional del Derecho del Mar con sede en Hamburgo (Alemania), al que Holanda acudió para lograr la liberación de sus ciudadanos que figuraban entre los detenidos.

Según la portavoz, aunque Rusia dijo no reconocer la jurisdicción de ese organismo judicial internacional, éste “tendrá suficientes recursos” para castigar a Moscú de ser declarada improcedente la medida cautelar que impusieron las autoridades de este país contra los activistas de Greenpeace.

Dijo que “hasta se podrían embargar algunas propiedades de Rusia en territorio holandés en concepto de los daños originados por la detención del barco y sus tripulantes”.