Viernes, 31 de julio de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › ESCRACHES EN EL CONSULTORIO DEL DENTISTA QUE LO CAZO EN FORMA FURTIVA
Autoridades estadounidenses iniciaron una investigación por la muerte de Cecil, el león más famoso de Zimbabwe, a manos de un dentista estadounidense luego de cazarlo mediante el uso de una carnada hasta sacarlo de la zona de protección. El cazador, Walter Palmer, es investigado en Zimbabwe y también en Estados Unidos. Mientras, el consultorio de Palmer, en Minnesota, es objeto de escraches con carteles y animales de peluche que fueron dispuestos alrededor de la entrada. Por el momento, Palmer no apareció a la vista del público. Cecil era objeto de estudio por investigadores de la Universidad de Oxford, que le habían colocado un collar con un GPS, que permitió localizarlo. El león fue muerto a flechazos y agonizó durante 40 horas hasta que Palmer lo remató de un tiro con una pistola.
El cazador de trofeos Palmer mató a Cecil a principios de mes luego de atraerlo con una carnada fuera de las fronteras del Parque Nacional Hwange. Dos personas involucradas en la cacería comparecieron ante un tribunal en el país del sur africano bajo cargos de caza furtiva. Uno de ellos es el organizador de safaris Theo Bronkhorst, a quien se le impuso una fianza de mil dólares para quedar en libertad. El otro investigado es el zimbabwense Honest Tyrone Ndlovu, propietario del campo donde fue hallado muerto Cecil.
La ira de los defensores de los animales crecía también en suelo estadounidense, donde se exigía un castigo también para Palmer. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (Usfws, en inglés) informó que abrió una investigación sobre la cacería.
“Estamos investigando la muerte de #CecilTheLion (el león Cecil) –escribió la agencia en Twitter–. Llegaremos hasta donde nos lleven los hechos. Pediremos a Palmer o a su representante que contacte inmediatamente la Usfws.”
Pero Palmer seguía alejado del ojo público, mientras multitudes de personas dejaban juguetes y peluches de leones, tigres y monos frente a su consultorio dental en Minnesota. En la puerta de su oficina un cartel decía “púdrete en el infierno” y “asesino”, mientras la gente pasaba por el lugar y gritaba “¡asesino!” o simplemente lo insultaba.
Una congresista de Minnesota, Betty McCollum, se unió a los llamados a investigar al dentista, quien ya había sido condenado en 2008 por caza furtiva tras matar a un oso negro en Estados Unidos.
McCollum urgió a la fiscalía estadounidense y al Usfws a investigar si se violaron leyes estadounidenses de conspiración, soborno de funcionarios extranjeros y caza ilegal de animales protegidos.
Cecil, semidomesticado y tranquilo, tenía collar y era sujeto de un estudio científico.
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