SOCIEDAD › EE.UU. SUBIO DE CATEGORIA A ARGENTINA EN SEGURIDAD AEREA
Los aviones, otra vez en primera
El país recuperó la categoría 1, que había perdido hace tres años. Se la otorgó la FAA, en vísperas de la Cumbre de las Américas.
A mediados de 2002, la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) bajó la seguridad aeroportuaria de la Argentina de la categoría 1 a la 2. Ahora, el organismo estadounidense restituyó esa calificación, de modo tal que las aerolíneas radicadas en el país podrán volver a tomar rutas hacia Estados Unidos. El canciller Rafael Bielsa definió como “una afortunada coincidencia” el hecho de que este cambio aconteciera a pocos días del inicio de la IV Cumbre de las Américas, que se hará del 3 al 5 de noviembre en la ciudad de Mar del Plata.
El presidente Néstor Kirchner recibió la noticia de boca del embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires, Lino Gutiérrez, en una reunión de la que también participó Bielsa, además de los ministros de Planificación, Julio De Vido, y de Defensa, José Pampuro, y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. “Es una excelente noticia para la Argentina y para los turistas que la visitan”, ya que significa que el país posee “los mismos estándares internacionales de seguridad que los principales destinos del mundo”, dijo Lino Gutiérrez más tarde, en una conferencia de prensa de la cual también participó Bielsa.
El canciller precisó que esta categoría se basa en dos ítem que el país que la recibe debe garantizar. Uno de ellos, denominado “security”, está referido a “seguridad frente a actos de violencia”, y el otro, “safety” y está referida a “seguridad aeroportuaria”. Bielsa explicó que ello no está vinculado con cuestiones de seguridad internacional sobre terrorismo. Los dos recalcaron “el trabajo conjunto” realizado por los técnicos de ambos países y puntualizaron que, en la práctica, la categoría operacional 1 significará “más cantidad de vuelos y más rutas”.
El organismo que se encarga de inspeccionar la seguridad aérea es la Federal Aviation Administration (FAA). En junio de 2002, ese órgano determinó que los aeropuertos argentinos no tenían una supervisión segura para las compañías aéreas que se ajustara a los parámetros fijados por la OACI (Organización para la Aviación Civil Internacional). Por lo tanto, decidió llevar a la categoría 2 a la Argentina. La calificación para el país volvió a llevarse a la categoría 1 después de tres años.
Esta categoría se otorga cuando el país evaluado cuenta con las regulaciones necesarias para sostener la certificación y supervisión operativa de las aerolíneas, en concordancia con estándares internacionales de máxima de seguridad, en cuanto a mantenimiento, adiestramiento de personal y de tripulaciones aeronáuticas, así como su estado psicofísico e idoneidad. También indica que las autoridades aeronáuticas realizan vigilancia permanente sobre las operaciones aéreas.
“Argentina siempre fue Categoría 1, eso significaba que el país calificaba para ingresar a Estados Unidos comercialmente”, explicó Guillermo Alais, presidente de la Asociación de Pilotos Civiles. Al bajársele la categoría al país, eso implicó que las empresas no pudieran entrar a Estados Unidos, “con excepción de las que ya habían entrado y tenían derecho adquirido. Por eso Aerolíneas Argentinas seguía yendo”.
Algunos de los aspectos que la FAA evalúa a la hora de las inspecciones son “cómo se certifican las empresas comerciales, las tripulaciones, los aeropuertos, el control del espacio y el tránsito aéreo. Cada uno de estos puntos implica una especie de pequeño reglamento, dentro del cual hay subnormas. Argentina adolecía de tener normas acordes a lo que pretendía la FAA, y eso es materia de opinión porque Perú es categoría 1 y no creo que esté mejor que la Argentina”, opinó Alais.
Además, agregó que al ciudadano común, el cambio de categoría “no le importa, no le va ni le viene. Acá no se han resuelto los dos accidentes aéreos más trágicos, que sólo les interesan a los deudos de las víctimas. Las que más se favorecen y deben estar celebrando son las compañías”.
“Lo que se hizo fue emprolijar las normas. Para eso, la Fuerza Aérea contrató como asesores a los mismos inspectores de la FAA”, aseguró Alais. Por otra parte, destacó que “la Argentina adolece de política aeronáutica. Para salir de ese quebranto, es necesario un cambio de timón y que el control pase a manos civiles”.