SOCIEDAD › PISTAS E HISTORIA DEL ESTREMECEDOR CASO DE ASESINATO Y DOBLE VIOLACION EN NUÑEZ
Las preguntas sobre una violación
El acusado, Claudio Alvarez, estaba en libertad condicional: ¿fue correcto? ¿Por qué vivía normalmente, en familia, sin agredir a los suyos? ¿Eran válidas las denuncias anteriores a la violación? ¿Le contagió el hiv a Berenice, su víctima que sobrevivió? ¿Con quién se quedará ahora la adolescente? ¿Cómo sigue ahora la penosa causa judicial?
Por Raúl Kollmann
A una semana del asesinato de Elsa Escobar y de la violación de Berenice, su hija de 13 años, éstas son algunas de las preguntas e interrogantes del caso del barrio de Núñez:
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¿Está probado que Claudio Alvarez fue el homicida y violador?
El próximo viernes estarán las pruebas de ADN hechas sobre semen encontrado en la bombacha de la joven y en los calzoncillos de Alvarez. Esa será la prueba decisiva, casi equivalente a una condena. Es casi seguro que la jueza María Perzán esperará hasta ver ese resultado para dictar el procesamiento y la prisión preventiva. Mientras tanto, la evidencia más importante es que la coartada de Alvarez se hizo añicos. Dijo que aquella noche durmió en casa de su madre y que no entró en la casa de las mujeres. Pero en un armario se encontró su huella palmar, la que seguramente quedó impresa cuando metió a Berenice adentro mientras golpeaba y acuchillaba a la madre, a quien no violó. Por otra parte, el listado de llamadas a 25 prostitutas demuestra que Alvarez sí estuvo en el PH que comparte con su esposa, María Celeste Hazán, y su hijo de siete años, ambos de viaje en Rosario aquella noche. La otra prueba decisiva es testimonial: dos vecinos y la hermana mayor de Berenice, Sandra Calvo, contaron cómo encontraron a la joven y que ésta les dijo que el violador y asesino fue Alvarez. El sujeto entró con una especie de trapo cruzándole la cara, pero cuando obligó a una de las mujeres a practicarle sexo oral, se sacó el trapo y por eso Berenice le vio la cara.
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¿Es cierto que el violador puede haberle contagiado hiv a la adolescente?
El Sida estuvo presente en la causa anterior, por robo y violación, que llevaron a Alvarez a una condena de 14 años de prisión, de los cuales cumplió diez. Los jueces del tribunal oral consideraron un agravante que el sujeto haya amenazado en 1995 a su víctima diciéndole que se quedara quieta que si no le contagiaría SIDA, ya que él era portador de hiv. De todas maneras, no hay en la causa judicial ningún análisis de sangre que indique que el hombre tiene SIDA, aunque la jueza y el fiscal Marcelo Martínez Burgos están esperando para los próximos días la llegada de esos análisis. El informe que le dieron al juez y al fiscal en el Hospital Pirovano es que consideran difícil que haya habido contagio, porque se trató de una sola relación y, además, el tratamiento con antirretrovirales suele ser efectivo y fracasa en muy pocos casos. Claudio Mazaira, el abogado de Sandra Calvo, hermana de Berenice, le dijo a este diario que en las tres horas y media que Alvarez estuvo con la adolescente, las penetraciones fueron reiteradas por lo que el riesgo es mayor. Con este diagnóstico coincide Kurt Frieder, de la Fundación Huésped, quien sostuvo que si los análisis de sangre demuestran que Alvarez es hiv positivo, el tratamiento con antirretrovirales seguirá un mes. Son medicamentos fuertes, que producen bastantes efectos colaterales, pero lo más probable es que el tratamiento resulte efectivo.
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¿Cuáles son los próximos pasos de la causa judicial?
En los próximos días concurrirán a declarar las prostitutas a las que llamó Alvarez aquella noche. La presunción es que el hombre quería mantener relaciones sexuales y ofrecía poco dinero, por lo cual fue llamando a uno y otro teléfono en forma sucesiva. Tampoco se descarta que simplemente haya estado excitándose llamando a las prostitutas, sin ánimo de contratar ninguna, y la excitación derivó luego en el ataque. Aunque los informes psiquiátricos todavía no están terminados, los especialistas sostienen que los violadores, que en la mayoría de los casos fueron violados en su infancia o adolescencia, tienen un orgasmo más fuerte cuando es producto de una relación sexual no consentida que cuando es consentida. Sea como fuere, a las tres y media de la mañana, con el agregado de los efectos de la cocaína –ya está en la causa el análisis de orina que demuestra que consumió esa noche–, Alvarez irrumpió en el domicilio de Escobar a través de un mosquitero que estaba roto. Por ahora, el cuchillo que utilizó para apuñalar a la mujer y a su hija sigue sin aparecer.
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¿Cómo es posible que Alvarez viviera “normalmente” con su esposa, un hijo y hasta una empleada doméstica, sin que hubiera producido ningún ataque en el ámbito familiar?
Por ahora, el fiscal Martínez Burgos no pidió que se llame a atestiguar a la esposa del violador, María Celeste Hazán. Hasta el momento, el fiscal considera que es someterla a un trámite doloroso, con poco beneficio para el expediente. Lo que más le llamó la atención a la jueza y al fiscal es que cuando le tomaron la indagatoria a Alvarez, éste se mostró firme y convincente, al punto que les insistía en que le sacaran sangre para hacer la prueba de ADN y así demostrar su inocencia. Alvarez se mostró frío la misma noche del homicidio y la violación cuando entraron a la casa la hermana mayor de Berenice, Sandra, y los dos testigos que la acompañaban. Hasta les ofreció el teléfono para que llamaran a la policía. En el único momento en que perdió los estribos fue cuando se enteró que Berenice estaba con vida. Supuestamente él creyó que la había matado y se dio cuenta de que el testimonio de la adolescente sería lapidario para él. Ahí se puso a gritar que era inocente.
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¿Cómo se explican las relaciones entre hombres que están presos y mujeres a las que no conocen de antes y con las que terminan casándose y hasta teniendo hijos en las visitas a la cárcel?
El fenómeno está extendido. Por ejemplo, el asesino de José Luis Cabezas, el ex oficial de la Bonaerense, Gustavo Prellezo, se casó con una mujer a la que conoció por carta, estando él en prisión y con una condena a reclusión perpetua. El caso de Alvarez y María Hazan –hija de desaparecidos– parece similar e incluso engendraron un hijo durante una de las llamadas visitas higiénicas. En las cárceles existen los llamados parias, que son los presos a los que nadie va a visitar. A veces su familia los abandona, pero en la mayoría de los casos, los allegados no tienen el dinero para viajar hasta el penal. Los compañeros del paria tratan de darle una mano y a través de sus hermanas o novias buscan alguien que le escriba cartas al preso que está solo. Así se inicia la relación e incluso es famoso en los penales un juego que se denomina Dime quién eres y te diré quién soy en que el preso y la mujer, casi desconocida, se cruzan cartas conteniendo 23 preguntas, las últimas de ellas más bien íntimas. El compromiso que se establece es contestar la verdad. Con ese método, se va profundizando el vínculo, hasta que se produce una visita a la cárcel. La “higiénica” requiere después de una coima, ya que el interno sólo puede concretarla con la mujer que figura en los registros como concubina. En algunos casos, mediando 300 o 400 pesos, se cambia el nombre de la concubina y en otros la relación se hace a las apuradas en un baño, custodiado por los matones del penal. En el caso de Hazán, la relación con Alvarez se entabló a partir de cartas que ella le mandaba como integrante de una organización de derechos humanos.
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Alvarez estaba en
libertad condicional. ¿Se le otorgó en forma correcta?
Al violador se lo condenó a 14 años de prisión por los delitos de robo y violación. Fue detenido en 1995 y no se le aplicó la llamada Ley del dos por uno, sino que se le concedió la libertad condicional por habercumplido dos tercios de la condena. El fiscal Oscar Hermelo dictaminó en forma favorable y lo mismo hizo el Servicio Penitenciario Federal que sostuvo que Alvarez tenía magnífica conducta. En general, los violadores tienen muy buena conducta en los penales, son dóciles y, como se sabe, la mayoría de las veces son víctimas de los mayores abusos en la cárcel. El gran problema es la peligrosidad de buena parte de esos violadores, que tienen buena conducta en el penal, pero alto grado de reincidencia cuando salen en libertad. Según los jueces, la solución que se debe encontrar es otra, por cuanto no se puede dejar una persona en la cárcel aún después de cumplidos los plazos que fijan las leyes.
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Las Madres del Dolor señalan que advirtieron varias veces sobre la peligrosidad de Alvarez e incluso aseguran que hubo dos denuncias en su contra, pese a lo cual siguió en
libertad.
En la causa judicial aparece una denuncia realizada en agosto por una mujer a la que Alvarez atacó en un ascensor, pero para robarle. Cuando apareció el portero, el violador obligó a la mujer a darle un beso para disimular. Pese a todo, en el expediente no se habla de ningún intento de ataque sexual, ni siquiera un manoseo. La vecina reiteró eso en tres declaraciones sucesivas. Lo más probable es que haya tenido miedo o vergüenza de hacer esa denuncia, lo que tal vez hable de las enormes dificultades y obstáculos que se le ponen a una mujer para hacer denuncias sobre delitos sexuales. Respecto de la tentativa de robo, se dispuso que Alvarez siguiera en libertad –una decisión polémica– mientras la Cámara de Apelaciones tomara una decisión. La otra acusación contra el violador provino de un travesti. La hizo en septiembre, pero mencionaba hechos ocurridos en mayo. De entrada, el travesti acusó a Alvarez de haberlo obligado a practicarle sexo oral y que después no le pagó. Posteriormente, mencionó que lo amenazó con un cuchillo. Al juez, la denuncia le pareció tardía y con muchos baches. Las Madres del Dolor y en especial Isabel Yaconis, madre de Lucila, violada y asesinada, venían insistiendo con la peligrosidad de Alvarez, pero el juez Gabriel Ghirlanda consideró que no había elementos suficientes para detenerlo, lo que ahora quedará sujeto a una dramática polémica, e incluso el caso será tratado en el Consejo de la Magistratura por iniciativa del consejero Beinuz Szmuckler.
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¿Qué va a pasar con Berenice?
Berenice es hija de Elsa Escobar y de un albañil de nombre Jorge que fue excluido del hogar, por orden judicial, debido a la violencia que ejercía contra las mujeres. Es otra arista trágica del caso. En el expediente aparecen las evidencias de que Jorge, que actualmente trabaja en Punta del Este, es un golpeador reiterado y hay pericias psiquiátricas que demuestran que Elsa y Berenice le tenían un enorme temor. Esa es la razón por la que el papel protagónico lo tiene una hermana mayor de Berenice, Sandra, quien prácticamente ejerce la patria potestad y es quien la acompaña en el Hospital Pirovano. Será un juez civil el que decida con quién se quedará Berenice. Todo indica que la guarda se le otorgará a otra hermana mayor que vive en Entre Ríos.