“Hay otros chicos en situaciones parecidas a la que llevó a la muerte a Abigail Ramos: ojalá que no pasen por su calvario”, sostiene un denunciante de la trama que rodea el crimen de la nena de dos años, torturada hasta la muerte y cuyo cadáver apareció el 23 de abril en un descampado marplatense. Por ese crimen están acusados y presos sus padres biológicos. La niña había sido abandonada por los padres –que ya tenían antecedentes por maltrato a otro hijo– poco después de su nacimiento. Una jueza de menores la entregó provisoriamente a una familia sustituta que, en lugar de cumplir el compromiso de cuidarla en forma temporaria, habría intentado quedarse ilegalmente con ella; esta familia le habría pagado al abogado que representó a los padres biológicos para recuperar a la niña, con la promesa de, después, entregarla a cambio de dinero. El hecho fue que la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata, revocando el fallo de la jueza de menores, devolvió la nena a los padres biológicos, pero la madre se arrepintió del acuerdo económico y quiso conservar a la nena. El padre, furioso por esto, arreció en los castigos: después de cuatro meses de torturas que incluyeron quemaduras con cuchillos candentes, la chiquita murió.

La prehistoria del caso comienza en 2001, cuando la Justicia de Menores inició una causa con relación a Evangelina Del Valle Algarve –que hoy tiene 22 años– y su hijo, que hoy tiene cinco. La madre de Evangelina había denunciado que ambos eran maltratados por su pareja, Néstor Ramos, hoy de 27. Pero, poco después, la denunciante falleció. La jueza de menores Silvina Darmandrail detectó situaciones de abandono y dispuso controles ambientales periódicos.

En 2003, Evangelina volvió a quedar embarazada. El 19 de diciembre nació Abigail. La mujer abandonó en la maternidad a la niña, que el Tribunal de Menores entregó provisoriamente a la entidad Hogares de Belén, formada por familias voluntarias que cuidan a niños mientras se decide sobre su futuro. “Pero la primera familia que la recibió hizo algo que nunca debía haber hecho: intentó quedarse con ella definitivamente. Se presentaron en el juzgado y pidieron la guarda; les fue negada, ya que hay mucha gente en listas de espera para adopción, en un orden establecido, y nuestro voluntariado consiste en tener a las criaturas por un tiempo limitado; trabajamos muchísimo en formarnos para la situación de entrega, para el desprendimiento”, cuenta Daniel González, integrante de Hogares de Belén.

La familia de González recibió a la nenita en guarda provisoria después de que le fue retirada a la primera familia voluntaria. Pero, sorpresivamente, los padres biológicos se presentaron ante la Justicia, con el patrocinio del abogado Leonardo Navarro, y solicitaron que su hija les fuera reintegrada. Esto fue denegado por la jueza Darmandrail, quien, el 31 de marzo de 2005 y de acuerdo con lo solicitado por la asesora de menores, dispuso incluir a la niña en el registro de adoptabilidad.

Navarro apeló ante la Cámara en lo Civil y Comercial de Mar del Plata, integrada por José Manuel Cazeaux, Horacio Font y Juan José Azpelicueta, quienes revocaron la decisión de Darmandrail porque “la joven madre, y la familia en general, necesitó contención económica, social y jurídica, y nadie se la proporcionó suficientemente, por lo que no podemos ahora condenarlos por su conducta evasiva y displicente”, ya que “se debe comprender el comportamiento y no juzgarlo negativamente”. El 15 de diciembre de 2005, la nena fue restituida a los padres biológicos.

Daniel González sostiene que los honorarios de Navarro “fueron pagados por el matrimonio que había tenido antes a la beba, quienes le habían prometido a la familia biológica un dinero a cambio de la nena. González contó que la muerte de Abigail “nos pegó muy duro. Estamos todos mal, mi hijo menor llora a cada rato. Sé que hay otros chicos esperando decisiones judiciales: ojalá que ninguno vuelva a pasar por un calvario así”.

El viernes pasado, Evangelina Algarve prestó declaración ante el fiscal Marcos Pagella. Según fuentes judiciales citadas por el diario marplatenseLa Capital –que viene haciendo una amplia cobertura del tema–, la mujer admitió que “un matrimonio les había puesto un abogado para que reclamaran la tenencia y les había ofrecido dinero para que después les dieran a la nena. Pero la acusada sostuvo que, después de recuperar a su hija, se arrepintió de lo acordado. Dijo que, desde entonces, el concubino se volvió más violento, se ensañó con la nena y la golpeaba todos los días. La mujer aclaró que las quemaduras en el cuerpo de la nena no habían sido causadas por cigarrillos sino con cuchillos que Ramos ponía al fuego”.

El abogado Leonardo Navarro, interrogado por Página/12, admitió que “una familia que había pertenecido a Hogares de Belén hizo de intermediaria con los padres de la nena” pero “la intención de esta familia o su relación con Ramos la desconozco y no me interesa”; agregó que “es falso que ellos me hayan pagado” y dijo que “no puedo andar aclarando quién me contrató: son cosas entre cliente y profesional”. Navarro reconoció que tiene “más de una decena” de casos parecidos al de Abigail.

–¿Usted piensa continuar con casos de este tipo? –preguntó este diario.

–Por supuesto –contestó Navarro.