Ella es correntina, tiene 15 años, sufre retraso mental y quedó embarazada después de que su vecino la violara. Ahora, sus padres solicitarán a la Justicia de esa provincia la autorización para interrumpir la gestación. Los avales que dio la Justicia para que una joven de 25 años en Mendoza y una chica de 19 en la provincia de Buenos Aires pudieran concretar la intervención, pese a la oposición de organizaciones católicas, son los precedentes más recientes que serán utilizados como fundamentos en los tribunales correntinos. En el caso correntino, la chica sufre una discapacidad mental que la lleva a comportarse como una niña de 7 años. De acuerdo con un informe médico, la continuación del embarazo pone en grave peligro la vida de la adolescente. Si el embarazo progresa, tiene que suspender los medicamentos que permiten controlar la enfermedad, lo que pone en riesgo su salud. Además, “el niño podría nacer con serias deficiencias físicas y mentales por efecto de la medicación”, alertan los profesionales que atienden a la joven. La abogada que representa a la familia señaló que “existen argumentos valederas para que se permita el aborto” y se mostró “optimista” respecto del buen curso que tendrá la solicitud judicial.