SOCIEDAD › VEINTIUN HERIDOS POR UN TREN QUE DESCARRILO

Un viaje que quedó en la vía

Un tren de la línea Sarmiento descarriló a poco de salir de Once. Ningún pasajero está grave. TBA no descartó un sabotaje.

Un chirrido ensordecedor, un cimbronazo y una frenada fuera de las vías. Luego, un instante de quietud y enseguida la desesperación por salir. Romper los vidrios de puertas y ventanas para escapar, para que terminara todo. Esa es la secuencia que vivieron ayer –según sus propios testimonios– las decenas de personas que viajaban en un tren de la línea Sarmiento que descarriló pasadas las 13.30 a la altura de la calle Bulnes, en Almagro. Como consecuencia del accidente, veintiuna de ellas resultaron heridas, y la empresa concesionaria TBA no descartó la hipótesis de un sabotaje.

Todos los afectados, entre ellos dos embarazadas, fueron trasladados a los hospitales Durand y Ramos Mejía con “leves politraumatismos”, según un portavoz del SAME, que antes había confirmado que no hubo víctimas fatales. En ese tramo, la línea Sarmiento circula bajo tierra, y hasta allí llegaron bomberos, personal de Defensa Civil y del SAME y policías, que ayudaron a la evacuación de los pasajeros.

La formación se dirigía a Moreno cuando sus últimos cuatro vagones salieron de las vías por causas aún no determinadas tras partir de la estación Once, aunque no llegaron a volcar. Pese a que desde TBA aseveraron que la evacuación fue “en calma”, los usuarios aseguraron que se vivieron momentos de desesperación y que tuvieron que romper puertas y ventanas para salir del tren. “Que digan la verdad, la gente estaba desesperada y se tiraba del tren”, relató uno de los pasajeros.

El vocero de TBA, Gustavo Gago, no descartó que el descarrilamiento haya sido producto de un sabotaje y en esa especulación relacionó a corrientes piqueteras. “No dejamos de lado la posibilidad de que detrás de esto haya habido intencionalidad. Nos llama la atención que en los últimos tiempos venimos sufriendo el hostigamiento de agrupaciones piqueteras, que reclaman que el Estado le quite a TBA la concesión de la línea Sarmiento. Justamente hoy realizan una manifestación en ese sentido en la estación Once”, señaló.

Cerca de las 16, efectivamente, las organizaciones Cimientos, FOL, Frente José Martí y el Frente Popular Darío Santillán realizaron una actividad en esa terminal ferroviaria, pero en el marco del reclamo “para la nacionalización del petróleo, una causa que seguimos hace mucho tiempo y nada tiene que ver con los trenes”, rechazaron desde las agrupaciones.

“Desmentimos terminantemente cualquier relación entre nosotros y el accidente. Lo que pasa acá es claro: esta empresa utiliza la lógica de que no hay mejor defensa que el ataque. Como no tiene argumentos para justificar el pésimo estado del servicio, que hoy derivó en un descarrilamiento, le pega a cualquiera e intenta cubrirse”, acusó Sergio Barrera, de Cimientos.

Los manifestantes aseguraron que algunas de las organizaciones que participaron en la jornada integran el Movimiento Nacional por la Recuperación del Ferrocarril Argentino (Monarefa), aunque sostuvieron que esa pelea nada tuvo que ver con lo acontecido ayer. “Desde hace meses reclamamos a lo largo de la línea la rescisión del contrato con TBA. Lo hacemos fundamentalmente porque somos usuarios de esa líneas. La gente viaja como ganado, la empresa no invirtió nada y se la sigue subsidiando por un millón de pesos diarios. Con subirse al tren y viajar es suficiente para comprobar el estado del Sarmiento”, marcó Barrera.

Según la propia empresa, los trenes que se utilizan son “de la década del ’50”, mientras que las vías están instaladas desde “la del ’20”, por lo que tampoco se descarta que el origen del inconveniente haya sido técnico, una posibilidad que otros sectores remarcaron.

Voceros del gremio La Fraternidad, que nuclea a trabajadores ferroviarios de todas las líneas que funcionan en el Area Metropolitana, expresaron que “todo indica que fallaron los sistemas de seguridad. A lo largo de los últimos años hubo muchas anormalidades de este tipo que no tomaron la trascendencia de este caso. La antigüedad de los equipos, la del sistema y las fallas de señalización son recurrentes y así aumenta la probabilidad de que ocurran accidentes”.

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Los pasajeros debieron romper vidrios para salir de los vagones.
Imagen: Arnaldo Pampillón
 

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