Leandro Colucci, el empleado público que fue detenido como autor e instigador del triple crimen de la planta transmisora de La Plata, salió ayer a defenderse: “Soy el perejil de las elecciones. No soy un asesino, soy inocente”. Sin embargo, las fiscales Leyla Aguilar y Cristina La Rocca y los investigadores de la Policía Bonaerense habían acumulado prueba que ellos consideran más que suficiente: sangre en cuatro lugares del auto de Colucci, una increíble semejanza entre el identikit trazado por un testigo y la cara del sospechoso y una escucha telefónica en la que Colucci le dice a su ex novia “puta, te acuchillaron al Ale, ja, ja, no tanto te lo acuchillé, también le pegué un tiro”. Según los investigadores, para concretar su venganza, Colucci recurrió a cuatro barrabravas de Estudiantes, que además responderían también a un sector político-gremial.

El juez Melazo consideró que la detención de Colucci y del barrabrava de Estudiantes Gustavo Mastrovitta respondió a “un liviano análisis de las pruebas que derivó en una apresurada aprehensión cuando estaban pendientes gran cantidad de diligencias probatorias de fácil y objetiva producción y conclusiones periciales que debieron ser priorizadas”.

Este es el resumen de las pruebas que recogieron los investigadores judiciales y policiales:

- Un taxista se tropezó con los asesinos la noche del triple crimen. Sostuvo que los sujetos huían en una camioneta-patrullero y con un auto blanco chico de vidrios polarizados y llantas deportivas.

- El vehículo de Colucci es un Corsa blanco de vidrios polarizados y llantas deportivas. En el auto se encontraron rastros de sangre en el interior, en el baúl y la cerradura. El auto fue lavado, pero los rastros de sangre quedan en los tejidos y en algunos ángulos. El laboratorio judicial ya determinó que se trata de sangre humana.

- El taxista hizo un identikit. Este diario pudo comprobar la similitud total entre el identikit y una foto de Colucci.

- Está probado que Colucci le dejó dos mensajes de voz a su ex novia, Noelia. En uno dice: “Primero fue Cachorro, ahora Ale y la próxima vas a ser vos”. Cachorro es un ex novio de Noelia que murió de un disparo, supuestamente en el marco de un suicidio. Sin embargo, la causa fue caratulada “muerte dudosa”. Ale es Alejandro Vatalaro, el policía que inició una relación con Noelia.

- Hay un segundo mensaje de voz: “Puta, te acuchillaron al nene. Ja, ja, ja, tanto no te lo acuchillé y (no se entiende) un tiro en la nuca”. Este mensaje fue dejado por Colucci en el celular de Noelia y no se conocía que a Vatalaro le habían pegado un tiro en la nuca.

- Según consta en la causa, Colu-cci presentaba severos trastornos de personalidad. Seguía a su novia, que es policía, incluso dentro del Ministerio de Seguridad. Amenazó a los compañeros de trabajo de Noelia, aun cuando estaban uniformados, los denunció en Asuntos Internos y llegó a dañar sus vehículos.

- En el allanamiento de su vivienda se encontraron remeras, pullovers, un pantalón y zapatillas con rastros de sangre. Además, un par de zapatillas tiene una huella plantar similar a las encontradas en el predio de la planta transmisora.

Pese a estas evidencias, Melazo consideró que se trató de una aprehensión apresurada. Varios jueces consultados por este diario sostuvieron que Melazo actuó dentro de la legalidad, pero que la lógica es que hubiera mantenido la detención de Colucci porque los elementos son numerosos. Los cinco magistrados que hablaron con Página/12 coincidieron en que ellos no habrían liberado al imputado. En caso de que las pruebas de ADN de la sangre encontrada en el auto demostraran que no se trata de sangre de las víctimas, lo que hubiera correspondido –dicen los jueces– es entonces sí darle la libertad. Habrá que ver los resultados de los estudios de sangre que, según afirman, podrían estar listos el jueves que viene.