Miércoles, 13 de febrero de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › EL ESTADO AUSTRALIANO PIDE PERDON A LOS ABORIGENES
Por primera vez, en forma oficial el primer ministro reconoce las persecuciones.
Por Lourdes Morgades *
desde Sydney
Más de dos siglos después de que el capitán Cook descubriera Australia en nombre de la corona británica, los descendientes de los colonizadores pedirán por primera vez disculpas oficiales a los aborígenes. En la mañana de hoy en Australia, el primer ministro socialista, Kevin Rudd, se dirigirá al país para pedir perdón a esta comunidad por el “dolor y el sufrimiento” causados por las políticas de los diversos gobiernos y parlamentos. “Ha llegado el momento de revisar la historia de Australia para poder avanzar hacia el futuro corrigiendo los errores del pasado”, aseguró.
Rudd abogará por reflexionar sobre los malos tratos de que han sido objeto los aborígenes y, en especial, por todas las generaciones de niños robados a los pueblos indígenas desde principios del siglo XX y hasta la década de 1960 y entregados a familias blancas o instituciones para criarlos. Es un hecho éste que “ha empañado profundamente un capítulo de la historia de este país”, subrayará el primer ministro, quien conjugará en su discurso por tres veces el verbo sentir: “Por el dolor, el sufrimiento y el daño infligido a las generaciones robadas, sus descendientes y familia, lo sentimos”. “Por los padres, las madres, los hermanos y hermanas, la ruptura de las familias y las comunidades, lo sentimos.” “Por el ultraje y envilecimiento causados a un pueblo y una cultura orgullosos, lo sentimos.”
Kevin Rudd anticipó ayer en el Parlamento australiano los términos de su discurso de disculpa en una jornada en la que se rindió homenaje a los pueblos indígenas australianos. Un discurso que invita a la reflexión y que constituye un primer paso para el reconocimiento de un pasado y abre la puerta a la erradicación de la discriminación en el futuro. “Un futuro en que el Parlamento ha resuelto que nunca vuelvan a repetirse las injusticias del pasado.” La disculpa gubernamental exonera, sin embargo, de culpabilidad a los actuales australianos y por tanto echa por tierra los intentos de los grupos indígenas de pedir al gobierno compensaciones económicas por políticas del pasado por un importe de 1000 millones de dólares australianos (623,1 millones de euros).
Antes de comparecer ante la Cámara de Diputados, el primer ministro presidió en Canberra una singular ceremonia de apertura del año parlamentario protagonizada por representantes de las diversas tribus indígenas del país. Matilda House, líder del clan de los Ngannawal, que fueran los propietarios originales del solar donde se construyó el edificio del Parlamento de Australia, fue la encargada de dirigir el acto en el que le hizo entrega al primer ministro de un bastón de mando con el mensaje grabado “la historia de nuestra unión”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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