El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, cuestionó la medida de fuerza adoptada por los docentes. “Ha quedado claro que este gobierno tiene una prioridad hacia la educación”, dijo, y defendió el proyecto para reformar el Estatuto Docente al afirmar que su gobierno busca “hacer todo lo posible para que los docentes sean los mejores y que toda su energía esté puesta en el aula”. Destacó además que la propuesta no se intentó materializar “por un decreto del gobierno (cosa que de todas maneras sería imposible), que ameritaría algún tipo de tensión, sino por (un proyecto de) ley que se está debatiendo en la Legislatura”. Por su parte, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, calificó el paro de “absolutamente político” y enfatizó que “el lugar para resolver las diferencias políticas es la Legislatura”.

Desde la oposición, la legisladora Delia Bisutti (SI en Nuevo Encuentro) reflexionó: “El proyecto conlleva una posición antisindical y una alarmante intervención del dedo de los funcionarios en el nombramiento de los maestros”. En la misma línea, María Elena Naddeo, del Frente Progresista y Popular, planteó que en el fondo se busca “reducir la presencia de los gremios”, mientras que el Ejecutivo pasa a “ejercer un poder autoritario y único” en el ámbito educativo.

El legislador Francisco Nenna (Encuentro Popular para la Victoria), ironizó: “Macri quiere reemplazar un órgano de cogobierno por una oficina de recursos humanos como las de sus empresas”. En tanto, Laura García Tuñón, de Diálogo por Buenos Aires, calificó como “grave” el proyecto, ya que “deja en manos del Ejecutivo no sólo la designación, sino la valoración de los títulos” docentes. “Echa por tierra un sistema democrático que funciona. Después de esta masiva marcha esperemos que lo archiven”, concluyó.