La “jarra de líquidos” de los argentinos está compuesta por: un 50 por ciento de bebidas azucaradas; un 29 por ciento de bebidas sin azúcar y sólo un 21 por ciento de agua pura. Así lo estableció hace ya cuatro años el estudio “Hidratar”, efectuado por el Centro de Estudios de Nutrición Infantil (Cesni). Los resultados más alarmantes se registraron entre los adolescentes: el 67,2 por ciento de lo que beben está compuesto por bebidas con azúcar y sólo el 13,2 por ciento es agua.

El estudio se efectuó sobre una muestra de 800 personas de 0 a 65 años, de distintos sectores sociales, en grandes centros urbanos: se registró durante una semana la ingesta de líquidos (sin incluir bebidas alcohólicas, leche o sopas). La ingesta promedio fue de alrededor de dos litros por día y por persona. Se registró “una preferencia hacia infusiones con azúcar –ante todo mate, y en menor proporción té y café– y bebidas azucaradas”: la proporción global para bebidas con azúcar es del 50; baja al 47,8 por ciento, en adultos y al 46,9 por ciento en adultos mayores; se eleva al 55,8 por ciento en escolares, al 58,8 por ciento en preescolares y al 67,2 por ciento en adolescentes.

La ingesta de bebidas sin azúcar –incluyendo el mate amargo– llega al 33 por ciento en adultos mayores y al 31,1 por ciento en adultos, baja al 21,3 por ciento en escolares, al 17,3 por ciento en preescolares y al 19,5 por ciento en adolescentes. En cuanto al agua o soda, en los preescolares llega al 23,9 por ciento de la ingesta de líquidos; en los escolares al 22,9; entre los adultos, el 21,1 por ciento de lo que beben es agua; entre los adultos mayores, el 20,1 por ciento; y los adolescentes, como ya se dijo, sólo toman el 13,2 por ciento de agua.