Imagen: Carolina Camps.

El 3 de julio, el ensamble Aire Líquido presentará su segundo disco pero primer disco, libro, Mantra, en el ND/Teatro. La presentación será uno de los pasos, quizás el más visible a nivel porteño, de una serie de pasos proyectados y de otros, ya realizados, todos con el horizonte de repoblar Dennehy. El primer paso tuvo lugar en abril de 2013, en la casa de Miguel Leyes, luthier, cuando unos 20 integrantes comenzaron a zapar. El segundo, el 25 de noviembre pasado, en el 130o aniversario del pueblo, cuando el ensamble a pleno tocó en el andén de la estación provocando una revolución musical. El tercero, en la capilla del pueblo. La idea, ahora, es presentar Mantra en la escuela del pueblo, después de que se presente en Buenos Aires. Y los fondos destinarlos a una fiesta en la comunidad para iniciar un proyecto a largo plazo: entrenar a los vecinos a desarrollar huertas ecológicas y promover un festival de producción regular en el pueblo para que el arte también sea sustento de los pobladores.

La primera presentación, en realidad, surgió como zapada. Unos 15 integrantes del ensamble viajaron con sus instrumentos a Dennehy, invitados por Leyes a El Casco, su casa de adobe, donde pasaron un fin de semana. Cuenta Pablo Bobadilla, productor del disco con el sello Noseso Records, que “esa noche mi novia, en Buenos Aires, me dijo que soñó con presos. Y yo, le dije, había dormido en un calabozo”. Claro, era la casa ex comisaría de Leyes. Ese fin de semana, empezaron a zapar en el campito de la casa. Los vecinos no se acercaban. Era por cierto una escena rara para el pueblo. “Hasta que cayeron cinco con un lechoncito y prepararon un asado –dijo Cristian Luzza–. La mitad del grupo no comió porque son vegetarianos. La otra mitad nos dimos una panzada.”

Aire Líquido está compuesto por violines, violas, un cello, batería, bajo, guitarras eléctricas, voz, sintetizadores, flautas traversas, un saxo, una trompeta y un trombón. Ah, también instrumentos caseros. Lo dirige Cristian Luzza. Los jueves y/o sábados se reúnen en Estudio Vivo, un estudio de grabación con renombre, en el 6o piso de Medrano y Lezica. El disco pasa a ser disco libro con la incorporación de imágenes fotográficas tomadas por integrantes del propio Aire Líquido.

Lo particular del grupo es que además de músicos, uno es imprentero; otro empleado en un sindicato; hay un abogado; un programador de software; hay fotógrafos; un director de fotografía; un ingeniero; dos asistentas sociales; una acompañante terapéutica; una psicóloga; un ingeniero de sistema; un editor de video que trabaja en el video del subte porteño; una despachante de aduana; una distribuidora de ropa; una modelo; y una bailarina contemporánea.

Los fondos de la presentación en el ND/Teatro están destinados a organizar una fiesta comunal en Dennehy, con la intención de compartir con los pobladores el disco y preparar el proyecto a largo plazo, el de generar lo que denominan “Huertas de la Percepción”. Allí echarán mano seguramente al humus de las lombrices californianas criadas por el monje trapense ex piloto y ex guardavidas Erik (ver aparte). Esas huertas formarán parte del mecanismo para hacer autosustentable el pueblo. Ahora deben comprar los víveres en un almacén que abre una hora por día.

La cuestión pasa por la preventa (http://idea.me/). Si no alcanzan al ciento por ciento de la recaudación, los organizadores se comprometieron a una escala: si reúnen el 10 de la preventa, financiarán la visita de pobladores de Dennehy a la presentación de Mantra en el ND/Teatro. Si reúnen el 25 por ciento, filmarán el concierto del ND. Si llegan al 50, obsequiarán a los pobladores de Dennehy ejemplares de Mantra. A partir del 75, podrán organizar la fiesta comunal en Dennehy, con proyecciones de la presentación en ND/Teatro y darán el concierto gratuito pautado en la escuela. Y adquirirán elementos para iniciar el sistema de huertas agroecológicas comunitarias.