En los mercados de todo el mundo continúan los temores por la situación que atraviesa el sector bancario y la debilidad que muestran los indicadores de actividad en los Estados Unidos. La Bolsa porteña no puede disociarse del comportamiento general y una vez más se mostró muy vulnerable a las noticias externas y pendiente de los movimientos de Wall Street, cuya operatoria desde este lunes finaliza en el mismo horario que en Buenos Aires, cuando hasta el viernes sucedía una hora más tarde.

El principal indicador del mercado local, el Merval, terminó 1,37 por ciento abajo en 2100,60 puntos y la extrema prudencia de los operadores se tradujo en un volumen de negocios poco expresivo al contabilizarse 55,79 millones de pesos.

Los bonos de la deuda, en cambio, mostraron movimientos más serenos, aunque los expertos sostienen que "continúa la apatía en el mercado de renta fija".

Sin embargo, comienzan a circular "researchs" que consideran que la fuerte caída que han registrado los bonos en los últimos diez días ha generado una oportunidad de compra.

Por lo pronto el Discount en pesos, el bono más negociado, quedó este lunes 0,90 por ciento arriba. El Par en la misma moneda y que está rindiendo 8,05 por ciento más CER, quedó 0,78 por ciento abajo y el cupón PIB quedó sin cambios a 10,05 pesos.

Los problemas del sector financiero y la casi certeza de que los Estados Unidos está ingresando en una etapa de recesión mantuvieron con signos negativos a los mercados asiáticos.

El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó 1,96 por ciento, su menor nivel desde setiembre de 2005, y luego siguieron las bolsas europeas con una baja generalizada. En Londres los papeles retrocedieron 1,24 por ciento y en Francfort 1,01.

El panorama de los mercados se completó luego con un descenso del 1,29 por ciento en el índice industrial Dow Jones, del 1,95 en el Nasdaq, mientras que la Bolsa de San Pablo, Brasil, cedió 3,02 por ciento.