Al ingresar a los tribunales de Morón, Grassi manifestó que está "preparado para contestar las preguntas de la querella" y agregó que ayer respondió "con serenidad" el interrogatorio de los fiscales.

Grassi consideró que "la inocencia no es algo de afuera hacia adentro, no es algo de palabra, está adentro de cada uno, no se pierde con la imputación y con un procesamiento".

Consultado acerca de la realización de nuevas pericias psicológicas, opinó que "no es a través de ellas que se va a determinar el resultado del juicio" y dijo que cree que "con una vez está bien".

Grassi está acusado de 17 hechos de abuso y corrupción de tres menores, hoy mayores de edad, cuando vivían en la Fundación Felices los Niños.

El abogado del sacerdote, Daniel Cavo, aseguró que Grassi respondió ayer "con mucha coherencia las preguntas que la fiscalía le formuló".

Consultado sobre las preguntas sobre celibato, dijo que prefería "no opinar sobre el tenor del interrogatorio" al que califico de "correcto y respetuoso".

No obstante, señaló que no ve relación "que tienen con esta causa las preguntas sobre la vida en celibato".

"El celibato es una opción de vida, es una consagración a una religión, a un servicio y no tiene como correlato necesario que una persona porque sea célibe tenga que ser un abusador", dijo Cavo.

En tanto, el abogado de la querella, Juan Pablo Gallego, dijo que Grassi ayer "se contradijo" al mencionar que uno de los jóvenes denunciantes había sido pagado y que estaba teniendo una gran vida por acusarlo a él.

"Cuando el tribunal le pidió a Grassi los elementos para apoyar esa afirmación Grassi dijo que se estaba dando una gran vida en el sistema de protección de testigos del estado", dijo Gallego y agregó que luego "se retractó".

"Estar bajo ese sistema no es grato, no es lujoso ni agradable, es casi una prisión", dijo Gallego y aseguró que "estos jóvenes no pueden rehacer su vida hasta que no termine este drama".