La magnitud del recuento aumenta las posibilidades de que la cantidad de votos adjudicados hasta ahora al presidente Hamid Karzai caiga por debajo del 50 por ciento, y que tenga que ir entonces a una segunda vuelta con su principal rival, Abdullah Abdullah.

Miles de denuncias de irregularidades pusieron en entredicho la transparencia de las elecciones presidenciales del 20 de agosto en Afganistán, apenas los segundos comicios directos de la historia del país, devastado por años de guerra.

La Comisión Electoral de Quejas, creada por la ONU, ordenó la semana pasada a la Comisión Electoral Independiente afgana hacer un recuento en los centros de voto donde la concurrencia fue mayor al 100 por ciento o donde un candidato sacó más del 95 por ciento de los sufragios.

El número de lugares de votación afectados resultó ser de más de 2500, dijo Grant Kippen, el presidente de la Comisión de Quejas, que está formada por tres extranjeros y tres afganos, informó la agencia de noticias DPA.

La cifra es casi un 10 por ciento de los 26.300 centros de voto que hubo en todo Afganistán en el día de las elecciones.

Las denuncias de fraude más graves se refieren al sur de Afganistán, el bastión de Karzai y de su etnia pashtun, pero Kippen dijo que la orden de recuento afecta a lugares de votación en todas las provincias del país.

La Comisión de Quejas ya ordenó anular los votos de 83 lugares de votación en todo el país, todas en zonas de gran respaldo a Karzai.

El último recuento oficial, anunciado la semana pasada sobre el 93 por ciento de los votos escrutados, mostró a Karzai al frente con un 54 por ciento de los votos, seguido por Abdullah con el 28 por ciento.

Las autoridades dijeron que podrían pasar semanas hasta que se difunda el resultado definitivo, ya que primero deberán completarse el recuento y las investigaciones de todas las denuncias de fraude.