Emocionado por la inminente alta de la nena, que fue aplastada por la caída de un árbol en la Plaza Almagro el 1 de diciembre pasado, el padre dijo a los periodistas: "Yo dije que se olviden de dar una mala noticia, dije que nos iban a ver bajando las escaleras con Zahira, Agustín (el hermano), mi mujer y yo".

Adrián aclaró, en la puerta del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, que Zahira "está bien, no está 100 por ciento, pero si sigue acá corre el riesgo de agarrarse algún virus hospitalario" y que deberá tomar medicación en su casa.

"Es un milagro", expresó el padre sobre el episodio, en el que su nena estuvo en estado grave, tras recibir el impacto de la rama de un árbol, y confió que semejante experiencia le dejó la enseñanza de "arrodillarme todos los días y agradecer a Dios por estar bien, con salud, por mis hijos".

También aclaró que "ahora va a ser diferente todo" para ellos, ya que Zahira "tiene que seguir con medicación, hacer rehabilitación, y nosotros tenemos que evitar que se caiga, que se golpee" por las posibles consecuencias en su cabeza.

"Agradezco a Dios, al hospital, a los médicos, a los enfermeros, al doctor Farías, al que le preguntamos todo y nos explicó siempre", continuó, emocionado.

Además, explicó que "donde yo alquilo no la puedo tener, por las complicaciones que tiene mi hija, ya que tiene baño compartido" el lugar, por lo que "vamos a ir a un hotel hasta que consigamos algo".

También lamentó que "de mi trabajo (una panadería) me echaron, llamé y expliqué lo que había pasado, y la encargada, que se llama Cristina, me respondió, '¿no vas a venir a trabajar?'".

Por otra parte, anunció: "Ahora que mi hija está bien, voy a buscar, no culpables, pero sí responsables, y no me van a conformar con 'echamos a Fulano'".