Miércoles, 9 de febrero de 2011 | Hoy
22:13 › BALAS QUE LLEGARON DE LA BONAERENSE
Cinco de los dieciséis policías que fueron puestos a disposición de la Justicia por su participaron en la represión de José León Suárez, durante la cual murieron dos adolescentes, declararon que dispararon postas de goma y que ellos también fueron agredidos a tiros. Ayer, Joaquín Romero, de 19 años, el tercer joven herido con balas de plomo durante los incidentes, declaró que recibió los disparos por parte de la Bonaerense, y señaló que un grupo de "transas", que opera en el barrio, se había enfrentado con los efectivos.
Los cinco policías declararon como testigos ante los fiscales Marcelo Sendot, Raúl Sorracco y Ana María Armetta y aseguraron que en el momento del enfrentamiento, tras el descarrilamiento del tren, ellos utilizaron postas de goma, al tiempo que desde el lado de la villa fueron agredidos con disparos de arma de fuego.
Si bien los efectivos no identificaron a los agresores como miembros del grupo denominado por los vecinos como "los transas", señalados por los vecinos y el joven herido, contaron que en un momento sintieron que los balazos "silbaban cerca de los oídos", por lo que decidieron resguardarse detrás de los vagones descarrillados.
Tras estas declaraciones, los fiscales permanecían esta tarde reunidos para analizar las citas junto a las demás pruebas colectadas en el expediente por los homicidios de Franco Almirón, de 16 años, y Mauricio Ramos, de 17. Aún no decidieron cuándo continuar con las declaraciones de los otros 10 efectivos policiales que participaron de la represión.
De acuerdo a la versión que Romero dio a los fiscales, y mientras analizan un video casero, grabado con un celular y aportado por una vecina, que abonaría la teoría oficial acerca de "un enfrentamiento", la hipótesis apunta a que además de ese grupo de "transas", dispararon desde otros dos sectores de la villa, por lo que los tiradores serían al menos cinco.
Según los resultados de las autopsias, las dos víctimas presentaban impactos de postas de guerra (plomo) disparadas con escopetas calibre 12/70 "de la policía" y se cree que los disparos fueron hechos a corta distancia.
De hecho, uno de los efectivos, que quedó desafectado de la fuerza, admitió haber utilizado cartuchos con perdigones de plomo además de postas de goma, para defenderse de un ataque a tiros.
Los fiscales aguardan para los próximos días los resultados finales de los peritajes balísticos realizados por los peritos de la gendarmería Nacional, que quedó a cargo de las diligencias ordenadas por la Justicia en lugar de la policía.
Los pesquisas buscan determinar cuál o cuáles de las 45 armas secuestradas efectuaron los disparos que mataron a los dos chicos.
Uno de los datos que los investigadores ya corroboraron es que los adolescentes asesinados no estaban armados y al momento del descarrilamiento del tren iban a buscar cartones en bicicleta.
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