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Según los organizadores de la visita del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, una de las razones para suspender el discurso del domingo en un espacio abierto fue la seguridad del mandatario visitante. El discurso había sido anunciado con bombos, platillos y afiches en toda la ciudad, y había generado expectativas y sorpresa en lo que será su primera gira latinoamericana.

En este marco de diálogo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, había pedido a Washington abandonar la idea de una "Alianza para el Progreso", el plan continental para América latina que había sido diseñado a inicios de los años 60. "No somos más aquel país, Brasil debe ser mirado de forma seria por Estados Unidos por sus lazos históricos y porque asumió un rol internacional", afirmó la mandataria.

Horas antes de pisar territorio latinoamericano, Obama afirmó que su viaje es para "fortalecer nuestra relación económica con vecinos que están jugando un creciente papel en nuestro futuro económico", según publicó el diario USA Today. "Nos une a nuestros vecinos en las Américas una historia, valores e intereses compartidos. Lo que transmitir? esta semana es que somos socios en el progreso", concluyó.

La visita se hará, claro. Pero el discurso frente a la ciudad de las favelas, no. La Agencia Brasil estatal informó que el Consulado se limitó a informar apenas que el lugar del discurso de Obama fue transferido de la Plaza de Cinelandia, en la región central de Río de Janeiro, para un área cerrada que, suponen, podría ser el Teatro Municipal.

Efectivos del Ejército ocupan desde inicios de semana puntos estratégicos del centro de la ciudad carioca como parte del esquema de seguridad montado por la visita del presidente de Estados Unidos, junto a policías federales, estaduales y agentes del servicio secreto de la Casa Blanca, según informó la agencia Télam.