El presidente Barack Obama afirmó que "continuaré presionando a los líderes del Congreso para alcanzar un acuerdo lo más amplio posible", admitiendo de hecho la imposibilidad de alcanzar una solución a corto plazo. "He hecho enormes esfuerzos para trabajar con los republicanos para lograr una formulación que no les exija votar el mes próximo un incremento de impuestos", agregó, pero advirtió que "no creo que podamos llegar a un acuerdo si ellos se mantienen en su posición. Quiero decir, si la propuesta básica es: lo que yo quiero o nada, entonces probablemente no podamos hacer nada, porque tenemos un gobierno dividido", agregó.

Obama y los demócratas en el Senado están dispuestos a hacer algunos recortes en el gasto público, pero piden a cambio que los republicanos acepten un alza de los impuestos a los millonarios a fin de incrementar los ingresos del Estado. El departamento del Tesoro advirtió que en caso de que ese techo no se modifique, el país entraría en "default" el 2 de agosto. "Yo estoy preparado para recibir críticas significativas de mi partido para poder hacer algo", dijo Obama. "Espero que la otra parte esté dispuesta a hacer lo mismo", se esperanzó.

La Bolsa de Nueva York, mientrs tanto, continuaba en baja afectada, además, por las preocupaciones sobre la crisis de la deuda europea. La incertidumbre generada en los mercados ante la posible falta de solvencia de las finanzas de Italia, cuyo endeudamiento público supera el 120 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), empujó aún más al alza el riesgo de los bonos italianos, lo que a su vez provocó un descenso del 3,96 por ciento en la bolsa de Milán. Esa caída arrastró consigo a otras plazas financieras europeas, de forma que París cerró con un descenso del 2,71 por ciento, Madrid del 2,69 y Frankfurt del 2,33.