El frente de la casa exhibe cientos de impactos de bala y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta, que atravesó también una pared interior, revelando la saña y brutalidad del comando militar-policial atacante. Fue el 24 de noviembre de 1976, con fuego de ametralladoras, mortero y explosivos. Bajo ese techo funcionaba la imprenta de la revista Evita Montonera, que denunció por primera vez las desapariciones de personas durante la última dictadura, los "vuelos de la muerte" y los centros clandestinos de detención. Ubicada en calle 30, entre 55 y 56, en La Plata fue declarada "Sitio de memoria del terrorismo de Estado" y apuntalada por especialistas en técnicas de restauración, una tarea concluida el año pasado.

En el lugar vivían Daniel Mariani, Diana Esmeralda Teruggi y la hija de ambos Clara Anahí, de tres meses, secuestrada durante el ataque y que aún no fue recuperada. Chicha, la abuela de Clara Anahí, apoyada en su bastón blanco, recibió este mediodía a los integrantes del tribunal, la querella y la defensa, en el umbral.

Apenas los jueces traspasaron la puerta, la fundadora de Abuelas volvió a relatar los hechos del 24 de noviembre. "Durante cuatro horas escuché los tiros y lo que pensaba era que seguro Diana (Teruggi, su nuera) no podría llegar a mi casa. Mi sufrimiento era ése, jamás imaginé que Diana estaba acá adentro, luchando por su vida", relató a los jueces. Explicó además dónde, según los testigos, se apostaron las fuerzas policiales y militares para el ataque a la casa y sus ambientes internos.

"Roberto Porfirio resistió en este dormitorio (...) Alberto Bozzio estaba en el tanque de agua, en el techo", explicó Mariani, mientras acompañaba a los funcionarios judiciales por las distintas habitaciones de la casa. Durante el asalto fueron asesinados, además de su nuera, Juan Carlos Peiris, Daniel Mendiburu Elicabe, Roberto Porfirio y Alberto Bossio. Daniel Mariani no estaba allí en el momento del ataque pero fue asesinado en agosto de 1977 en La Plata.

La inspección se realizó en el marco del juicio que desde septiembre se sigue a 26 ex represores, entre ellos el ex comisario Miguel Etchecolatz, quien reconoció haber participado del ataque. "El mismo (por Etchecolatz) confesó que estuvo en el ataque, dijo que estuvo en los techos", señaló el fiscal Hernán Schapiro. "Esta inspección también servirá para cotejar lo que él dijo, que estaba en el techo a dos metros de donde se disparó la bazuca que impactó en el frente de la casa".

"Le preguntamos (en el juicio) cómo se podía haber disparado la bazuca y él estar tan cerca y no haber peligro para su integridad y no pudo dar una respuesta satisfactoria", detalló. Etchecolatz quiso participar de la inspección con la condición de hacerlo con un perito en balística pero el Tribunal desestimó el pedido por haberse realizado ya un peritaje como el solicitado.

Además de la actuación del juez y el fiscal, la fundadora de Abuelas destacó el aporte al expediente de fotos anteriores a la restauración realizada para evitar el derrumbe de la casa, tomadas por arquitectos que realizaron esa obra de preservación de la memoria.

"La inspección sirvió para demostrar que Clara Anahí fue protegida en la bañadera y salió viva de la casa. Etchecolatz miente, como mintió cuando habló de casamatas con troneras por las que asomaban caños de fusiles y como mintió (el represor Ramón) Camps", agregó.