"El país está muy bien física y mentalmente para la guerra y para la paz, pero por supuesto que preferimos la paz", subrayó el mandatario, quien desde ayer se encuentra en la base castrense ubicada a 98 kilómetros al sur de Bogotá. Luego de que los voceros de las FARC anunciaran desde La Habana que pedirán un alto el fuego al empezar el diálogo de paz, así como la inclusión en su equipo negociador de Simón Trinidad, condenado a 60 años de prisión en Estados Unidos, el mandatario pidió a sus interlocutores "ser realistas" y afirmó que no habrá "ningún tipo de cese al fuego hasta tener un acuerdo final".

El director de la Agencia Nacional para la Reintegración, Alejandro Eder, por su parte, indicó que el proceso de paz, cuyas primeras conversaciones formales se iniciarán en octubre en Oslo, tiene el handicap de que el país ya ha concretado la reinserción de miles de guerrilleros: "Afortunadamente ya tenemos 10 años de experiencia acumulada en procesos de reintegración. Nuestra experiencia es mucho más positiva de lo que muchos colombianos imaginan", indicó Eder, quien además recordó que desde 2002 casi 60.000 personas han dejado las armas en el país.

Según el funcionario, en el último año 14.400 guerrilleros de las FARC y del ELN (Ejército de Liberación Nacional) se han desmovilizado y han logrado vincularse laboralmente en la economía formal. El programa de reinserción, adscrito a la Presidencia, brinda la oportunidad a los guerrilleros y paramilitares de reintegrarse a la vida civil a través de la atención psicosocial y la formación académica y laboral durante un proceso que sura cerca de seis años.