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En un comunicado divulgado en la capital cubana, las FARC advirtieron que las zonas previstas para la liberación de los rehenes fueron "copadas militarmente con desembarco de tropas y bombardeos, sobrevuelos de aeronaves de inteligencia y medidas que restringen el movimiento de la población civil".

En esas condiciones "sería improbable tener de regreso a la libertad en la próxima semana al general Alzate y a sus acompañantes", señaló la nota.

"Si el protocolo se observa rigurosamente como ha ocurrido en otras ocasiones, podremos afirmar que el próximo martes los soldados profesionales capturados en combate en Arauca podrán abrazar la libertad", prometieron las FARC.

El miércoles, las partes, junto a representantes de Cuba y Noruega, como países garantes, anunciaron en La Habana que habían acordado facilitar la entrega de los cautivos, y posteriormente trascendió la decisión de soltarlos pasado mañana martes.

Por otro lado, la organización guerrillera en un mensaje a los asistentes a la XVI Jornada Notarial Iberoamericana, en Bogotá, expresó: "De nuestra parte no nos levantaremos de la mesa de conversaciones hasta tanto logremos con el gobierno colombiano el pacto político y social que conduzca a la paz duradera con justicia social".

Las FARC insistieron en que "están comprometidas a fondo, sin vacilaciones y sin esguinces, con la búsqueda de la paz para Colombia". Asimismo, volvieron a reclamar un cese bilateral del fuego como vía para crear "un clima de confianza mutua que permita en la mayor brevedad el pacto de paz para Colombia".

El gobierno colombiano y las FARC mantienen desde el 19 de noviembre de 2012, en La Habana, conversaciones tendientes a alcanzar un acuerdo definitivo de paz.

El diálogo fue interrumpido el fin de semana pasado por el presidente Juan Manuel Santos, luego de que las FARC secuestraran al general Rubén Alzate, otros tres militares y una abogada, y condicionó su reanudación a la liberación de los rehenes.