Domingo, 23 de noviembre de 2014 | Hoy
DEPORTES › SUIZA SE IMPONE 2-1 A FRANCIA EN LA FINAL DE LA DAVIS
Roger Federer se recuperó de la caída del viernes y acompañó a un magnífico Wawrinka para vencer en tres sets a Gasquet y Benneteau. Ahora tiene la chance de definir la serie ante Tsonga. Si pierde, el quinto punto será Wawrinka-Monfils.
Por Sebastián Fest
Suiza acaricia la primera Copa Davis de su historia gracias al gran triunfo logrado por Roger Federer y Stanislas Wawrinka en el punto de dobles ante Francia. Los suizos dieron un golpe clave al derrotar 6-3, 7-5 y 6-4 a la pareja integrada por Julien Benneteau y Richard Gasquet para adelantarse 2-1 en la final que se disputa en Lille.
“Nada está hecho aún, ganamos el dobles y ahora hay dos puntos más. Sólo porque estemos riendo no significa que ganes los puntos”, advirtió Federer en medio del clima de alegría en el equipo suizo. El dobles local sintió en exceso y ya desde el inicio la responsabilidad de darle un punto vital a su equipo. Los más de 27.000 espectadores en Lille fueron, en cierta forma, demasiado para ellos. Así, a Suiza le alcanza con sumar hoy uno de los dos puntos en juego para conquistar por primera vez el gran trofeo por naciones del tenis. Francia, en cambio, tiene que lograr que Jo-Wilfried Tsonga derrote a Federer y Gael Monfils a Wawrinka si quiere concretar la meta de sumar un décimo título.
Para complicar más las cosas, no hay certezas de que Tsonga esté en condiciones de jugar. Se lo esperaba como parte del dobles, pero tiene un problema en la muñeca, fue sometido a tratamiento y el capitán francés, Arnaud Clement, dejó abierto si jugará o no. “Sé que todos esperaban que jugara Jo, pero Julien y Richard eran una opción interesante”, argumentó Clement antes de volver a eludir una respuesta acerca de los problemas de muñeca de Tsonga: “Si lo hubiera, no te lo diría”.
Con el presidente francés, François Hollande, en primera fila, Federer y Wawrinka quebraron para 4-2 con una sucesión de derechas potentes y una final al cuerpo de Benneteau. Wawrinka era el líder de la pareja, el hombre que llevaba el peso en los puntos importantes y el de las jugadas más lucidas. Federer, como sucedió en Beijing 2008, donde lograron el oro, era el punto débil de la pareja, el hombre cuya confianza había que hacer crecer. Una derecha de Benneteau en la red le dio a Suiza el primer set. por 6-3. “Era importante mostrar desde el principio que teníamos el control y el liderazgo”, diría Wawrinka tras el partido, en el que Federer se mostró muy recuperado de la lesión de espalda que sufrió una semana atrás.
Los franceses –experimentados doblistas en el circuito y bronce en Londres 2012, pero por primera vez pareja en la Davis– se fueron al vestuario mientras los espectadores suizos se quedaban en el estadio sacudiéndose al ritmo de “Gonna make you sweat”, uno de los mayores hits de los años ’80. Miles de personas bailaban y, en efecto, transpiraban, pero el capitán suizo, Severin Lüthi, logró que sus jugadores escucharan con atención sus instrucciones.
Federer se ganó un abucheo general al sumar un punto con dos tiros consecutivos a los cuerpos de Gasquet y Benneteau, algo incómodo toda la tarde, y en parte con razón. Benneteau forma una gran pareja con su compatriota Edouard Roger-Vasselin, con el que jugó toda la temporada del lado de la ventaja, a la izquierda de su compañero. Ayer debió hacerlo desde la derecha. Suiza seguía salvando pelotas de quiebre y, como en el fútbol, los goles que se fallan en el arco ajeno suelen terminar llegando al propio. Así fue. Luego, Wawrinka ganó en cero su servicio para que Suiza se situara 6-3 y 7-5 ante un público francés cada vez más apagado y una pareja rival que perdía dimensión minuto a minuto.
Una derecha de Wawrinka al medio, la zona de nadie en el dobles, situó a Suiza en ventaja de 3-2 y saque. A esa altura, Federer había elevado su nivel y acompañaba con solidez a Wawrinka. “Stan jugó increíblemente bien, yo traté de acompañarlo”, admitió Federer. Y así terminó el partido, con ambos en perfecta sintonía: Federer conectó un potente saque al medio y Wawrinka definió con una sutil volea cruzada de revés. Grito de Federer, brazos en alto y abrazo a Wawrinka, eje de las esperanzas de su país y gran candidato a héroe del fin de semana. Si Federer perdiera con Tsonga, Wawrinka se mediría con Monfils en un quinto punto que podría ser el cierre de año perfecto para él: lo abrió ganando en Australia su primer título de Grand Slam y podría clausurarlo dándole la primera Davis a su país.
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